Congreso Internacional de cervantistas en el Corazón de la Mancha

Los días 4 y 5 de noviembre de 2022 tendrá lugar el I Congreso Internacional Cervantes y el Quijote desde Alcázar de San Juan. Las ponencias del viernes 4 serán en el Salón Noble del Ayuntamiento y las del sábado 5 en el Salón de Actos de la D.O. de Vinos La Mancha

Alcázar de San Juan, 27 de octubre de 2022.-  Incluido dentro de la amplia programación de actividades, música teatro, exposiciones, conferencias, visitas a bodegas, catas de vino, rutas turísticas, literatura, gastronomía, actividades infantiles, etc.,  que el Patronato Municipal de Cultura desarrolla en esta importante efeméride local (el bautismo de Miguel de Cervantes acontecido el 9 de noviembre de 1558), lo que se pretende que sea el acto central de las celebraciones es el Congreso  Internacional en colaboración con el Grupo de Investigación del Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra y con la Sociedad Cervantina de Alcázar.

Enmarcado -por tanto-, en la programación de las IX Jornadas Vino y Bautismo Qervantino, el Congreso tendrá lugar los días 4 y 5 de noviembre. Las ponencias del viernes 4 tendrán lugar en el Salón Noble del Ayuntamiento y las del sábado 5 serán en el Salón de Actos de la Denominación de Origen de Vinos de la Mancha.

En lo que se refiere a nuestra ciudad, aspiramos a posicionarla en el mundo y a mostrar la fuerte vinculación que Alcázar tiene con Miguel de Cervantes y con su obra, aportando mediante las ponencias, la investigación y análisis del Quijote, su amplia e indisoluble relación con la Mancha y con Alcázar de San Juan.

Consumados especialistas mundiales en Cervantes y el Quijote se darán cita por dos días en nuestra ciudad donde disertarán sobre el autor y la obra para mostrar su conocimiento y trasmitírselo tanto al público asistente en las salas como al que seguirá el congreso en directo por redes sociales, ya que las ponencias se retransmitirán mediante streaming.

Comenzando el viernes 4 de noviembre, la inauguración del Congreso por las autoridades será a las 09:00 en el Salón Noble del Ayuntamiento.

Seguidamente y a las 10:00 tendrán lugar las primeras ponencias correrán a cargo de nuestro paisano Francisco José Atienza Santiago (Archivo Municipal de Alcázar) que disertara sobre “La partida de bautismo del Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan. En la misma sesión estará Enrique Suárez Figaredo, uno de los mejores y más expertos editores de obras del siglo de Oro Español que presentará “Construyendo el Quijote (en torno a la impresión de la novela cervantina)”. Serán moderados por Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan.

En la siguiente sesión, a las 11:30, podremos disfrutar de personalidades como Almudena García González (Universidad de Castilla-La Mancha. ESPAÑA) cuya ponencia versara sobre “Adaptaciones infantiles de Cervantes en el siglo XXI”. Enmanuel Marigno (Universidad Jean Monnet-Saint Étienne, FRANCIA) expondrá “Los recursos escenográficos en La complainte de Dulcinée (2008), de Dulcinea Langfelder”. Para acabar, Carlos Mata Induráin (Universidad de Navarra-GRISO, ESPAÑA) nos hablará sobre “Cervantes recreado en la narrativa histórica española contemporánea (García Jambrina, Eslava Galán y otros)”. El moderador de esta sesión será Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la SCA.

En la sesión de tarde a las 16:30, tendremos ocasión de escuchar a Susan Byrne (University of Nevada, Las Vegas, ESTADOS UNIDOS), disertará sobre “La retórica de la alusión cervantina”. A continuación, Miguel Ángel Zamorano Heras (Universidade Federal do Río de Janerio-UFRJ, BRASIL) hablará sobre “El reverso trágico de la comicidad quijotesca”. Cerrará la sesión Ángel Pérez Martínez (Universidad del Pacífico, Lima, PERÚ) con “Cervantes y el viaje. Exploraciones y fronteras”. La moderación correrá a cargo de Manuel Rubio Morano de la SCA.

Ya en el sábado 5 de noviembre y de nuevo a las 10:00 de la mañana, pero esta vez en la sede de la D.O. de Vinos de La Mancha, tendrá lugar la cuarta sesión de ponencias con Mariano Avilés Muñoz (Asociación de Derecho Farmacéutico, ESPAÑA) que expondrá “Don Quijote ante el tortuoso camino hacia la sanación (Una conferencia imaginaria, cercana a la realidad)». Después intervendrá Luis Caballero Martínez (Hospital Universitario Puerta de Hierro / Universidad Autónoma de Madrid, ESPAÑA) con “Alonso Quijano y Sancho como psiquiatras de Miguel de Cervantes”. Serán moderados por Estrella Blanco Escalera de la SCA.

A las 11:00 haremos un pequeño inciso en las ponencias para presentar publicaciones y proyectos cervantinos. Bajo la moderación de Carlos Mata Induráin intervendrán: Luis Miguel Román Alhambra (Sociedad Cervantina de Alcázar) para presentar su trabajo «Tras los pasos de Rocinante. Guía de caminos del Quijote». Después lo hará Marciano Ortega Molina (Sociedad Cervantina de Alcázar), para presentar su libro «Molinos de El Toboso. Realidad o ficción».

Para finalizar, a las 12:00 será la quinta sesión de ponencias que correrá a cargo de Benjamín Montesinos Comino (Centro de Astrobiología INTA-CSIC / Sociedad Española de Astronomía, ESPAÑA) que disertará sobre “El cielo en el Quijote visto por un astrónomo alcazareño”. Y cerrará Lucía López Rubio (Universidad Carlos III de Madrid, ESPAÑA) CON “Matrimonio, muerte y devoción: el refugio religioso de algunas mujeres cervantinas”. Jesús Sánchez Sánchez de la SCA. Será el moderador de esta sesión.

Además de las sesiones de ponencias, el sábado 5 por la tarde  (a las 17:00 horas) está prevista una molienda tradicional en el cerro de San Antón, para que los visitantes de fuera de nuestras fronteras puedan conocer in situ el funcionamiento de los ingenios industriales que desde el siglo XVII ya estaban presentes en las atalayas de nuestros horizontes manchegos recogiendo los vientos para moler nuestros cereales.

Especialistas de cinco países y diferentes continentes, aportarán sus conocimientos cervantinos en un importante cónclave cultural para disfrute de los aficionados al Quijote y público en general que disfrutará con toda seguridad de trabajos expositivos de alto nivel. Desde la Sociedad Cervantina de Alcázar invitamos a todos a que asistan a este importante evento cultural y que lo difundan entre sus amigos porque será una ocasión propicia para disfrutar de verdaderos expertos en Miguel de Cervantes y su obra.

La entrada es gratuita y el acceso a las ponencias es libre, aunque recomendamos la inscripción porque el aforo es limitado. Las inscripciones pueden hacerse en los correos oficinaturismoalcazar@gmail.com y cervantinaalcazar@gmail.com.

Desde aquí invitamos a todos a que asistan a este importante evento cultural y que lo difundan entre sus amigos porque será una ocasión propicia para disfrutar de verdaderos expertos en Miguel de Cervantes y su obra.

Finalmente, queremos recordar que la Sociedad Cervantina de Alcázar también coordinará una Ruta guiada “Alcázar de Cervantes” el domingo 13 de noviembre a las 12:00, (inscripción previa) con lugar de encuentro en estatua de Alonso Quijano con su gato (frente a Aguas de Alcázar).

Sociedad Cervantina de Alcázar

Programa del Congreso

Regimiento Acorazado “Córdoba” 10 la unidad militar heredera del Tercio de Figueroa donde sirvió Miguel de Cervantes

Los miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar recibidos por el Coronel Jefe del Regimiento, D. José María Martínez González en la Sala Gran Capitán

Ubicado en la base de Cerro Muriano en Córdoba e integrando la Brigada Guzmán el Bueno X

Alcázar de San Juan, 22 de octubre de 2022.- A lo largo del jueves 20 de octubre una importante representación de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha visitado las instalaciones del Regimiento Acorazado “Córdoba” 10 que en la actualidad está integrado tácticamente en la Brigada Guzmán el Bueno X con base en Cerro Muriano (Córdoba).

El Regimiento Acorazado Córdoba 10, “El Sacrificado”, es heredero directo del Tercio de Figueroa creado el 27 de febrero de 1566 por el maestre de campo Lope de Figueroa, por lo que atesora 456 años de historia con una completísima hoja de servicios y un nutrido expediente de hechos de armas, poseyendo condecoraciones individuales y colectivas.

Esta visita que fue recomendada por el General de Ejército D. Félix Sanz Roldán en su reciente visita a Alcázar de San Juan y que ha sido posible gracias a las facilidades recibidas por el Coronel Jefe del Regimiento, D. José María Martínez González quien acogió y dio la bienvenida a los cervantinos alcazareños preparándoles un programa de actividades que ocupó prácticamente toda la jornada.

Tras la recepción en la Sala Gran Capitán, el Suboficial Mayor Gabriel Tauste Barranco hizo una presentación explicando a los asistentes el recorrido histórico del “Córdoba 10” a lo largo de su extenso historial. En la visita a la base han coincidido con los integrantes de la Hermandad de Veteranos del Regimiento de Infantería Córdoba 10, con el General Julio Gómez Sevilla a la cabeza.

Después visitaron la Sala de Honor en la que hay un rincón específico dedicado al soldado aventajado Miguel de Cervantes Saavedra que sirvió en esta unidad tras la batalla de Lepanto, además de importantes piezas de colección, armas, uniformes y reproducciones militares, algunas de gran valor y muy difíciles de encontrar.

A continuación, pudieron observar la completa formación que reciben los militares integrantes del Regimiento, ejercitándose en la conducción y manejo de equipos de los carros de combate Leopardo 2E de última generación con excelentes simuladores que reproducen las capacidades tácticas y operacionales de ese moderno armamento, especialmente en el simulador de torreta donde en una torre idéntica a las que forman parte del carro de combate, los militares pueden ejercitarse en las operaciones de carga y disparo con total exactitud conforme al vehículo real. El recorrido por la base terminó con una visita al parque de carros de combate donde estas moles de más de 62 toneladas impresionan solo con aproximarse a ellas, más aún cuando se ponen en funcionamiento y maniobran con sus tripulaciones al completo.

A la finalización de la jornada, el vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Luis Miguel Román hizo entrega de sendos recuerdos tanto para el Regimiento como para el Coronel Jefe, así como un Quijote de la edición que el Socio de Honor Enrique Suárez Figaredo realizó especialmente para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. Podríamos decir si miedo a equivocarnos que con la entrega de este Quijote “Cervantes vuelve a su casa”.

Del mismo modo, el Coronel Jefe del Regimiento, D. José María Martínez González hizo entrega a cada uno de los presentes de una bandera de percha explicando el significado de la misma, obsequio que los cervantinos agradecieron de todo corazón porque apreciaron el regalo en todo su valor.

En resumen, una interesantísima visita a la Unidad Militar que acogió a nuestro genial escritor y que a buen seguro se repetirá en alguna otra ocasión.

Luis Miguel Román entrega un recuerdo al Coronel Jefe del Regimiento
Los socios ante el panel de Cervantes y Lope de Figueroa, maestre de campo de su Tercio

Rincón de Miguel de Cervantes
Delante de un VEC (Vehículo exploración de caballería)
Entregando el Quijote de la SCA al Suboficial Mayor Gabriel Tauste

Bandera de percha que el regimiento regalo a los visitantes

Con el General Julio Gómez Sevilla al frente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento Córdoba 10
Impresionantes los carros de combate Leopardo 2E

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Sociedad Cervantina de Alcázar

La Sociedad Cervantina de Alcázar premiada con la “Fidelidad al vino” por la D.O. La Mancha

Premios Vino y Cultura 2022 cuya gala de entrega brillantemente organizada tuvo lugar el 19 de octubre en el auditorio de San Clemente (Cuenca)

Alcázar de San Juan, 21 de octubre de 2022.- El Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Vinos de la Mancha, ha otorgado a la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan el premio “Fidelidad al Vino” por la estrecha colaboración que con la entidad que preside Carlos Javier Bonilla viene desarrollando esta asociación en la difusión cultural de los vinos de la Mancha.

Junto con otras personas y entidades que han sido merecedoras de los diferentes premios -a los que los cervantinos alcazareños felicitan muy sinceramente por el trabajo realizado-, la gala ha contado con la presencia de importantes personalidades de la  Región entre las que se encontraba el vicepresidente de la Junta de Comunidades, José Luis Martínez Guijarro, el presidente de la Diputación de Cuenca, Álvaro Martínez Chana o la alcaldesa de San Clemente María Rosario Sevillano Calero, además de otros alcaldes de diferentes ciudades de la Comunidad.

La organización del evento ha sido magnífica poniendo de manifiesto, una vez más, el enorme potencial del personal que forma el Consejo Regulador y ha sido conducido de forma magistral por la sanclementina Julia Rubio y por Pedro Antonio Carreño, interviniendo Nia Zalén que aportó toques musicales únicos y exclusivos en momentos puntuales del acto.

El presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar Juan Bautista Mata Peñuela recibió el premio “Fidelidad al vino” de manos de la alcazareña Amparo Bremard Delegada de Agricultura de la Provincia de Ciudad Real y supone un nuevo reconocimiento al trabajo incansable de esta asociación cultural, que cristaliza en la organización de numerosas y variadas que se vienen llevando a cabo pero que es a la vez un acicate para seguir trabajando en el principal objetivo estatutario de estudiar, interpretar, y difundir la obra de Miguel de Cervantes y en especial del Quijote.

Mata Peñuela agradeció el premio recibido y puso en valor los vinos de la Denominación de Origen la Mancha a los que Cervantes en el Quijote ya calificó de excelentes, motivo por el que la asociación lleva a gala disponer de un vino propio acogido a esta Denominación, con el nombre tan quijotesco de “Hideputa”, cuyo nombre toma del conocido pasaje del Cap. 13 de la Segunda Parte del Quijote:

—¡Oh hideputa, bellaco, y cómo es católico!

—¿Veis ahí —dijo el del Bosque en oyendo el hideputa de Sancho— como habéis alabado este vino llamándole «hideputa»?

—Digo —respondió Sancho— que confieso que conozco que no es deshonra llamar «hijo de puta» a nadie cuando cae debajo del entendimiento de alabarle. Pero dígame, señor, por el siglo de lo que más quiere: ¿este vino es de Ciudad Real?

—¡Bravo mojón! —respondió el del Bosque—. En verdad que no es de otra parte y que tiene algunos años de ancianidad.

Vino al que por su calidad y su origen manchego los cervantinos alcazareños pasean con orgullo por España y por el mundo.

Sociedad Cervantina de Alcázar

En busca del Quijote desde Brasil

LUIS MIGUEL ROMÁN CICERONE DE LA COMARCA DE LA MANCHA

“Quien recorre la Mancha deberá creer en hadas, en fantasmas, en Caballeros Andantes y en bellas Dulcineas” (Carlos Sander Álvarez)

En 1959 un chileno visitó la Mancha. Afirmaba que don Quijote «es el Cristo Gentil de la Mancha, que apaleado, herido, sangrante, sigue con su corazón rebozante de optimismo, con sus ojos fijos en el camino que se ha trazado, para perseguir malandrines, desfacer entuertos y proteger doncellas… Para sentir hondamente, vivamente y dolorosamente la obra escrita por el vencedor de la soledad y el infortunio que fue Cervantes, es necesario vivir con plenitud el paisaje telúrico y humano de la Mancha… Me espera con su héroe, que tiene la magnificencia de un profeta y que en todos los siglos proclama su genial demencia. Sé que debo abandonar los libros y lanzarme en busca de los pueblos del Quijote». Este chileno fue Carlos Sander, escritor y diplomático, que había llegado a España en 1951 donde ocupó el cargo de Cónsul de Chile en Madrid. Años más tarde publicaba En busca del Quijote (Editorial Nascimiento, Santiago de Chile, 1967), poco antes de morir.

Hasta este territorio del hidalgo manchego han venido multitud de personas buscando también su espíritu. Barruntan que sólo aquí es posible entender a este loco tan cuerdo, y quizás no estén descaminados. Hace unos días he tenido la suerte de conocer a dos parejas de jóvenes brasileños que, desafiantes a la distancia que el “charco” nos separa, se han acercado a la Mancha de don Quijote, como hiciera hace más de sesenta años el chileno Sander. Pocas horas después de haber llegado a España se presentaron en mi casa, acompañados de dos amigos residentes en la cercana ciudad de Tomelloso, con un Cristo Redentor que ha quedado como imagen de nuestro encuentro en un lugar preferente entre mis Quijotes.

Pocos días tenían para empaparse de la imagen de la tierra que vio nacer al famoso hidalgo manchego, por lo que traté de orientarles concentrando su tiempo entre lugares nombrados explícitamente en la novela y otros que aunque no lo están tienen la esencia cervantina y quijotesca entre sus calles y plazas.

Antes de que se marcharan a iniciar su ruta cervantina, les acompañé a que conocieran imágenes y rincones de Alcázar de San Juan que asientan los cimientos de su tradición cervantina. Desde aquí, como don Quijote, también iniciaron su salida en busca de sus ansiadas aventuras.

El Toboso, Campo de Criptana, Argamasilla de Alba, las Lagunas de Ruidera y la Cueva de Montesinos fueron los lugares visitados dentro de la comarca cervantina del Quijote. Villanueva de los Infantes, Almagro, Ciudad Real y Toledo complementaron su experiencia por tierras de la Mancha natural.

Desde Asunción (Paraguay) recibieron dos ejemplares del Quijote escritos en lengua guaraní, hechos llegar por un amigo ahora ya también mío. Uno de ellos lo depositaron en el Museo Cervantino de El Toboso, ampliando aún más su gran catálogo de ediciones del Quijote donados desde todo el mundo, y el otro se ha quedado entre los míos. Una magnífica versión ilustrada del Centro de Estudios Paraguayos “Antonio Guasch” de Asunción.

Algún día llegará a mi casa quien en su lengua materna pueda leer también el comienzo del Quijote en guaraní:

«Aipo La Mancha rekoha peteĩme, héra rehe na che mandu´asevéimava, oiko raka´e nda´are guasúi peteĩ ñande rapicha imba´e heta porãmíva ra´y, ikisepukúva hyrúpe, ijokoha yma, ikavaju piru rei ha ijagua rusu retia´éva…»

Ya están de nuevo en Brasil, seguro que cansados por la intensidad de los días pasados en la Mancha. En unos días empezarán a recuperar imágenes y vivencias que aquí se les pasaron inadvertidas, y comenzarán a volver a releer el Quijote con otra perspectiva, cada uno con la suya, y creer, ahora sí, que en alguna esquina de El Toboso o detrás de algún molino de Campo de Criptana creyeron sentir el halo mágico de las figuras de don Quijote y Sancho Panza. Yo sigo aquí terminando la guía de caminos que llevarán a quienes quieran ir detrás de los pasos de Rocinante puedan hacerlo sin temor a perderse, y quizás algún día mis amigos brasileños vengan con la intención de encontrar de nuevo en ellos el espíritu de don Quijote. Saben ya que sólo han de creer en hadas, en fantasmas, en caballeros Andantes y en bellas Dulcineas.

                                                          Luis Miguel Román Alhambra

Cervantes y Guadalupe

“Adornan este alcázar soberano profundos pozos,

perenales fuentes, huertos cerrados, cuyo fruto sano es bendición y gloria de las gentes”

Nada más entrar en el Parador Nacional de Turismo de Guadalupe sorprende este verso de Cervantes impreso en la puerta de cristal que, desde la recepción, da paso a su patio principal.

“Adornan este alcázar soberano profundos pozos, perenales fuentes, huertos cerrados, cuyo fruto sano es bendición y gloria de las gentes”.
“Los trabajos de Persiles y Sigismunda” (cap. V, libro III)

Consultado sobre ello, el personal de recepción nos da cumplida información de la estancia de Cervantes en esta villa para depositar a los pies de Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe los grillos y cadenas de su cautiverio en Argel y darle gracias por su liberación. De inmediato lamentamos desconocer este hecho referido a la vida del Príncipe de los Ingenios Españoles y, ganados por la curiosidad, nos proponemos investigar este acontecimiento.

Decididos a documentarnos sobre este ignorado suceso, acudimos a las obras de relevantes y prestigiosos cervantistas, entre ellas a la “Gran enciclopedia cervantina” que dirigió Carlos Alvar Ezquerra, a la “Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra” de Astrana Marín, a las “Juventud… madurez… y plenitud… de Cervantes” de José Manuel Lucía Mejías, a la “Historia de las biografías de Miguel de Cervantes Saavedra” de Krzysztof Sliwa, a la “Vida de Miguel de Cervantes Saavedra” obra de 1819 de Martín Fernández de Navarrete (lo hacemos en la edición preparada en 2007 por Enrique Suárez Figaredo, socio de honor de la Sociedad Cervantina de Alcázar) y a la más reciente obra, “Cervantes”, del actual director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado. Pero grande es nuestra decepción cuando en ninguna de ellas encontramos la información esperada; ni una sola frase dedicada al referido suceso.

Señalado lo anterior, intentaremos trasladar a estas líneas lo que hemos visto y conocido en nuestra visita a la villa de Guadalupe; con la reiterada advertencia de no haber encontrado nada esclarecedor en las obras hasta ahora consultadas.

El origen histórico de La Puebla de Guadalupe y su monasterio está íntimamente ligado a la ermita construida, a finales del siglo XIII, por el pastor Gil Cordero cerca del lugar en donde milagrosamente encontró enterrada una talla de la Santísima Virgen María, mientras buscaba una vaca que se le había extraviado.

En 1340 el rey Alfonso XI encomendó la suerte de la importante y decisiva batalla del Salado a la protección de Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe, ya por entonces muy venerada; tras conseguir la victoria visitó el lugar en acción de gracias y decidió agrandar la pequeña iglesia que se había levantado junto a la primitiva ermita, para convertirla en santuario. En 1389 Juan I ordenó la ampliación del santuario elevándolo a la condición de monasterio, que entregó a la recién fundada Orden de San Jerónimo.

El monasterio creció y no tardó en ser uno de los más relevantes de la España cristiana; el prestigio y la autoridad que alcanzaron el monasterio y su prior fue enorme, hasta el punto de que el mismísimo Cervantes la pone de manifiesto cuando, al referirse a la calidad literaria de los libros, dice en su “Viaje del Parnaso” (1614) que:

“si un libro no es bueno en sí mismo, no se convertirá en bueno aunque esté dedicado al Prior de Guadalupe”.

Durante los siglos XV al XVII y buena parte del XVIII, el monasterio fue favorecido particularmente por el culto que rindieron a la Santísima Virgen de Guadalupe los titulares de la corona española, convirtiéndolo, independientemente de su imponente sentido religioso y devocional, en un gran centro artístico, cultural, científico, hospitalario, agropecuario y artesanal.

En 1835 el monasterio fue exclaustrado, los frailes jerónimos expulsados y la iglesia convertida en parroquia de la villa. En 1908, por Real Orden de Alfonso XIII, le es cedido a la Orden Franciscana que recupera parte de las antiguas instalaciones monásticas y las rehabilita, regentándolas en la actualidad.

La Santísima Virgen de Guadalupe fue proclamada Patrona de Extremadura en 1907, coronada Reina de la Hispanidad en 1928, y el monasterio y su templo declarados Patrimonio de la Humanidad en 1993.

El Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe pronto se convirtió en el destino favorito de los cautivos que, una vez liberados de las mazmorras que los apresaban, ya sean musulmanas o no, de la península o del norte de África, querían dar las gracias a la Santísima Virgen por haber recobrado su libertad, ofreciéndole sus grillos y cadenas y prometiendo trabajar durante un tiempo en las labores del monasterio.

Un claro ejemplo lo tenemos en el Canciller Pedro López de Ayala (1332–1407) quien, tras ser hecho prisionero en la batalla de Aljubarrota (1385), escribió gran parte de su obra “Rimado de Palacio” durante los dos largos años de cautiverio que pasó en Óbidos (Portugal). De ella extraemos la siguiente estrofa:

“Si de aquí tú me libras, siempre te loaré,

las tus casa muy santas, yo las visitaré,

Monserrat e Guadalupe, e allí te serviré,

alzando a ti las manos, muchas gracias te daré.”

Pero fue durante los siglos XVI y XVII, con la llegada masiva de cautivos liberados de la Berbería, cuando la costumbre de ofrecer a la Virgen de Guadalupe los grillos y las cadenas alcanzó su apogeo. Miguel de Cervantes, buen conocedor de esta tradición, le dedicó estas bellísimas palabras:

 “Virgen de Guadalupe, libertad de los cautivos, lima de sus hierros, y alivio de sus prisiones”.

“Los trabajos de Persiles y Sigismunda” (cap. V, libro III)

Esta cerámica es una de las cuatro que adornan el interior del templete levantado en los jardines del Parador Nacional. Las otras tres cerámicas contienen un segundo texto de Cervantes, lo veremos más adelante, otro de Luis de Góngora y un cuarto texto perteneciente al Dr. José de Valdivielso, censor oficial, gran amigo de Cervantes, quien aprobó una parte importante de la obra cervantina.

El Parador Nacional, notable ejemplar del arte mudéjar, reconstruido en 1965, está ubicado en los edificios que en el siglo XVI formaron parte del Colegio de Infantes o de Gramática y del Hospital de San Juan Bautista para peregrinos, hospital que también fue sede de una prestigiosa Escuela de Medicina y Cirugía.

Buscamos una razonada explicación que justifique la ausencia de referencias históricas de la posible visita de Cervantes a Guadalupe, ¿año 1580?, para postrarse ante su Virgen y ofrecerle sus cadenas, y la hallamos en el libro “Guadalupe. Arte, Historia y Devoción Mariana” (Ediciones Estudium, Madrid, 1964) del religioso franciscano fray Arturo Álvarez Álvarez, archivero del monasterio, que en el capítulo XXIV dice: “No vino nuestro literato al santuario extremeño con la pompa de reyes, príncipes o conquistadores; y por ello su presencia apenas fue apercibida por los historiógrafos del ilustre cenobio, entre tantos peregrinos que recibían hospedaje gratuito tres días, como obligada limosna”.

Una primera aproximación de Cervantes a la Virgen de Guadalupe es probable que la encontremos en la obra “Comedia de la Soberana Virgen de Guadalupe y sus milagros y grandezas de España”; obra teatral anónima, literariamente poco significativa, pero que con más o menos fundamento ha sido atribuida por algunos investigadores a Miguel de Cervantes.

Parece ser que en el año 1594 la comisión de fiestas del Corpus de Sevilla acordó premiar el mejor texto que se presentase para los “Autos Sacramentales” de ese año. Al certamen se presentaron cuatro obras y la comisión premió a dos de ellas, “El grado de Cristo”, de Juan Suárez del Águila, y “Santa María Egipcíaca”, de Alonso Díaz; es posible que, al no ser premiada su obra, tampoco quiso Cervantes que apareciera como suya y por eso no la firmó nunca, dejándola en el anonimato.

Esta obra, con licencia para imprimir de 1598 a favor de María Ramírez, fue publicada en Sevilla en 1617 por Bartolomé Gómez de Pastrana, aunque es probable que se hicieran ediciones anteriores en 1605 y 1615. En ella queda bien patente la devoción de su autor, sea o no sea Cervantes, por la Virgen de Guadalupe.

El cervantista y académico José María Asensio Toledo (1829 -1905) en su obra “Teatro español anterior a Lope de Vega. Comedia de Nuestra Señora de Guadalupe” (Sevilla, 1868), defiende que Cervantes escribió esta obra durante su cautiverio en Argel para representarla en los baños con otros cautivos.

Pero en donde vemos los más importantes vínculos de Cervantes con Guadalupe, y en donde se basa esta histórica villa para defender su estancia en ella, es en su obra póstuma “Los trabajos de Persiles y Sigismunda” (Madrid, 1617). En su libro tercero, se narra el viaje que desde Lisboa emprendieron los príncipes nórdicos Periandro y Auristela (Persiles y Sigismunda) en su peregrinación hacia Roma, pasando por Guadalupe, y el encuentro que tuvieron, antes de llegar a su afamado monasterio, con la bella Feliciana de la Voz.

El capítulo quinto del libro tercero comienza así:

“Apenas hubieron puesto los pies los devotos peregrinos en una de las dos entradas que guían al valle que forman y cierran las altísimas sierras de Guadalupe, cuando, con cada paso que daban, nacían en sus corazones nuevas ocasiones de admirarse; pero allí llegó la admiración a su punto, cuando vieron el grande y suntuoso monasterio, cuyas murallas encierran la santísima imagen de la emperadora de los cielos; la santísima imagen, otra vez, que es libertad de los cautivos, lima de sus hierros y alivio de sus prisiones; la santísima imagen que es salud de las enfermedades, consuelo de los afligidos, madre de los huérfanos y reparo de lasdesgracias”.

De tal manera hicieron aprehensión estos milagrosos adornos en los corazones de los devotos peregrinos, que volvieron los ojos a todas las partes del templo, y les parecía ver venir por el aire volando los cautivos envueltos en sus cadenas a colgarlas de las santas murallas, y a los enfermos arrastrar las muletas, y a los muertos mortajas, buscando lugar donde ponerlas, porque ya en el sacro templo no cabían: tan grande es la suma que las paredes ocupan”.

Eran tantos los grillos y cadenas que colgaban de sus muros que los monjes debían fundirlos a menudo en los martinetes del monasterio, y de esta forma liberar espacio para poder colocar nuevos exvotos. Con la venta de las herramientas, rejas o aperos de labranza que forjaban, obtenían importantes sumas de dinero que entregaban para la redención de otros cautivos.

Ya en el siglo XV el alemán Gabriel de Tetzel en la crónica del viaje que hizo por España dice al describir la iglesia del monasterio:

“Durante todo el año hay una continua y grande peregrinación, y se ven allí, en la iglesia, muchos hierros que han llevado los cristianos cautivos de los moros… y cuando se ven libres vienen en peregrinación a visitar a esta Santa Virgen. Figuróseme que el hierro traído aquí por los cautivos no podrá ser trasportado ni por doscientos carros”.

En este mismo capítulo del Persiles seguimos leyendo que una vez llegaron al monasterio, y ya en el interior de su templo, Periandro, Auristela, sus compañeros peregrinos y Feliciana de la Voz:

…no se hartaban de mirar lo que veían, ni de admirar lo que imaginaban; y así, con devotas y cristianas muestra, hincados de rodillas, se pusieron a adorar a Dios Sacramentado y a suplicar a su Santísima Madre, que en crédito y honra de aquella imagen, fuese servida de mirar por ellos. Pero lo que más es de ponderar fue que, puesta de hinojos y las manos puestas junto al pecho, la hermosa Feliciana de la Voz, lloviendo tiernas lágrimas, con sosegado semblante, sin mover los labios ni hacer otra demostración ni movimiento que diese señal de ser viva criatura, soltó la voz a los vientos, y levantó el corazón al cielo, y cantó unos versos que ella sabía de memoria, los cuales dio después por escrito, con que suspendió los sentidos de cuantos la escuchaban…”

En las doce octavas reales, que Feliciana de la Voz cantó ante la Santísima Virgen de Guadalupe, Cervantes plasmó toda la admiración, devoción y respeto que el santo lugar le causaba.

De entre ellas reproducimos la primera, la cuarta y la quinta:

Antes que de la mente eterna fuera

saliesen los espíritus alados,

y antes que la veloz o tarda esfera

tuviese movimientos señalados,

y antes que aquella oscuridad primera

los cabellos del sol viese dorados,

fabricó para sí Dios una casa

de santísima, limpia y pura masa.

Adornan este alcázar soberano

profundos pozos, perenales fuentes,

huertos cerrados, cuyo fruto sano

es bendición y gloria de las gentes;

están a la siniestra y diestra mano

cipreses altos, palmas eminentes,

altos cedros, clarísimos espejos

que dan lumbre de gracia cerca y lejos.

El cinamomo, el plátano y la rosa

de Hiericó, se halla en sus jardines,

con aquella color, y aún más hermosa,

de los más abrasados querubines.

Del pecado la sombra tenebrosa,

ni llega, ni se asoma a sus confines;

todo es luz, todo es gloria, todo es cielo,

este edificio que hoy se muestra al suelo.

En esta cerámica, situada en el interior del mencionado templete de los jardines del Parador Nacional, se reproduce la cuarta estancia que entonó Feliciana de la Voz ante la Virgen de Guadalupe.

En el capítulo sexto leemos:

“Cuatro días estuvieron los peregrinos en Guadalupe en los cuales comenzaron a ver las grandezas de aquel santo monasterio. Digo comenzaron, porque de acabarlas de ver es imposible. Desde allí se fueron a Trujillo adonde asimismo fueron agasajados de los dos nobles caballeros Don Francisco Pizarro y Don Juan de Orellana, y allí de nuevo refirieron el suceso de Feliciana, y ponderaron, al par de su voz, su discreción y el buen proceder de su hermano y de su padre…”.

No pocos cervantistas piensan que esta parte del viaje que emprendieron Periandro y Auristela tiene un cierto paralelismo con el que, en 1582, hizo el propio Cervantes desde Portugal a Madrid, pasando por Badajoz, Guadalupe, Trujillo y Talavera. En Trujillo, Cervantes visitó a su gran amigo Don Juan Pizarro de Orellana, que en el Persiles y Sigismunda aparece desdoblado en dos personajes: Don Francisco Pizarro y Don Juan de Orellana, los mismos protagonistas que, frente a la fachada del monasterio, mediaron y consiguieron la reconciliación de Feliciana de la Voz con su hermano y con su padre.

Y puesto que nos hemos referido, básicamente, a “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”, y de pasada a la feliz coincidencia de encontrar en el templete del Parador, junto a los de Cervantes, un verso del Dr. José de Valdivielso, no nos resistimos a reproducir la aprobación que dio de esta obra, en función de su cargo de censor oficial, meses después de la muerte de Cervantes, acaecida el 22 de abril de 1616:

“Por mandato de Vuestra Alteza, he visto el libro de los trabajos de Persiles y Sigismunda, de Miguel de Cervantes Saavedra, ilustre hijo de nuestra nación… y no hallo en él otra cosa contra nuestra Fe Católica y buenas costumbres, antes muchas de honesta y apacible recreación y por él se podría decir lo que San Jerónimo dijo de Orígenes: como en todas las cosas en esto se superó Orígenes a sí mismo; pues de cuantos nos dejó escritos, ninguno es más ingenioso, más culto, ni más entretenido; en fin, cisne de su buena vejez, casi entre los aprietos de la muerte, contó este parto de su venerado ingenio”.

“Es mi parecer… en Madrid a 9 de septiembre de 1616”.

Pero volvamos a Guadalupe. Otro singular edificio de la villa, digno de mencionar, es la ermita de El Humilladero, siglo XV, reconstruida en 1985, de estilo gótico-mudéjar. Está situada a la izquierda del Camino Real de Madrid, el más importante y transitado de los veintitrés que formaban la histórica “Red de Caminos de Guadalupe”.  Se levanta a unos tres kilómetros de la villa, y es desde donde los peregrinos que llegaban a Guadalupe divisaban por primera vez el conjunto monástico y allí, hincados de rodillas, se humillaban y agradecían a la Santísima Virgen la protección que les había brindado a lo largo del camino recorrido.

Una antigua tradición guadalupina dice: “Desde este humilladero vieron por primera vez el monasterio muchos peregrinos, entre los que estuvo Miguel de Cervantes después de haber sido liberado de su cautiverio, para ofrecer sus grillos y cadenas a la Virgen de Guadalupe”.

Placa conmemorativa situada en el exterior del Humilladero.

Sea como fuere, reales o imaginados algunos de estos sucesos, justificadas o infundadas estas tradiciones, histórica o cuestionada la ofrenda en primera persona de sus grillos y cadenas a la Santísima Virgen, lo innegable es que La Puebla de Guadalupe tiene una bella y cautivadora relación con Miguel de Cervantes que merece ser aplaudida, respetada y ampliamente divulgada. No en vano la placa in memóriam colocada en los soportales del antiguo Ayuntamiento resume magistralmente el sentimiento de sus habitantes:

“Al venir a redimirse a los pies de la Virgen Santísima, después de su cautiverio en Argel y ofrecerle sus cadenas, inmortalizó esta histórica villa de Guadalupe”

Manuel Rubio Morano

Sociedad Cervantina de Alcázar