«El turismo debe abordarse desde una visión conjunta de ‘Lugares del Quijote’ en la Mancha»

Con su magnífica conferencia “El Quijote como filosofía de Marketing del siglo XXI”, Antonio leal Jiménez dio inicio al ciclo “Universo Quijote”, en ella desgranó los ingredientes necesarios para que las empresas tengan éxito ofertando sus productos o servicios siempre basándose en las enseñanzas del Quijote

No dejen de leer siempre que puedan unos párrafos de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha

Alcázar de San Juan, 27-04-2022.- En la Casa Museo del Hidalgo, a las 20:00 horas del miércoles 26 de abril, con la llamativa e incomprensible ausencia del mundo empresarial alcazareño -ante un tema de sumo interés para ellos-, tenía lugar la magnífica disertación del alcazareño Antonio Leal Jiménez titulada “El Quijote como filosofía de Marketing del siglo XXI, con la que se daba comienzo al ciclo de conferencias “Universo Quijote” abiertas al público en general y en la que especialistas vinculados con diferentes aspectos del Quijote ofrecerán su conocimiento al público alcazareño.

Antonio Leal Jiménez es uno de los mayores expertos de Marketing de España con prestigio internacional, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Cádiz, Doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Málaga, Máster en Business and Administration, Profesor Titular de Universidad, ha sido Director de Marketing Institucional de la Universidad de Cádiz y anteriormente vicepresidente ejecutivo de Marketing de Bodegas TERRY, su enorme experiencia en el mundo del marketing le hacen ser un conferenciante que merece la pena escuchar.

Leal Jiménez hizo mucho hincapié en el aspecto humanista y de los valores aprendidos en la obra de Cervantes y afirmó que el Quijote se paladea de forma diferente según la edad con la que uno lo lea y cuando más se disfruta es cuando ya tienes cierta madurez y vivencias.

Se hizo tres preguntas ¿Qué tiene que ver el Quijote con el Marketing del siglo XXI? ¿Puede tener algo en común don Quijote con el Marketing actual? y ¿Es posible pensar que el mundo de los sueños puede relacionarse con los sistemas empresariales?

Basó en estas tres preguntas el hilo conductor de la conferencia, asegurando que en las tres preguntas la respuesta es afirmativa, pasando a desgranar el contenido de su exposición.

Analizado el estado de la cuestión nos encontramos con que debemos apoyarnos en estas tres patas principales: la empresa (que debe ofrecer, credibilidad, reputación y responsabilidad social, así como servicio al cliente y ser capaz de generarle entusiasmo), el Marketing (calidad, nichos de mercado, innovación) y Cervantes, que no era un hombre de empresa, pero su manera de ver las cosas tenía muchísimo fundamento y es digno de ser tenido en cuenta. El marketing es una media de ciencia y arte, es el equilibrio entre técnica y creatividad.

Al igual que en la política, perdemos interés cuando dos partidos al confrontarse solo se lanzan improperios mutuos, así ocurre cuando dos empresas hacen campañas de marketing contrarias atacando los productos del contrario, lo que les lleva a tomar decisiones erróneas como bajar los precios o reducir los costes. El resultado es estrechar el mercado y perjudicar el empleo. Mientras que, si se dedican a un marketing creativo, lo que harán será ampliar el abanico de posibilidades, generar oportunidades y abrir el mercado de trabajo. Apuntó que don Quijote es un modelo de liderazgo empresarial por el convencimiento de la misión que tiene que cumplir y el empeño que pone en conseguir este objetivo.

Para triunfar, ofreció unos sabrosos consejos basados en el Quijote: poner pasión en todo lo que se hace, valorar a las personas, rodearse del mejor equipo, ser fiel a uno mismo, no tener miedo a los gigantes que son simples molinos.

Igualmente dijo quiénes eran -en su opinión- ejemplo de nuevos quijotes: Bill Gates, Steve Jobs, o Mark Zukerberg (que dijo aquello tan bonito de que no hay que crear servicio para ganar dinero, sino que hay que ganar dinero para crear nuevos y mejores servicios). O cómo los españoles Amancio Ortega o Juan Roig, todos siguen escrupulosamente, la inspiración de don Quijote para hacer frente a sus dificultades porque son grandes soñadores. Dijo, además, que los agentes de publicidad tienen que soñar continuamente y para soñar hay que leer el Quijote.

También apuntó una idea que deberíamos aplicarnos si queremos triunfar en la oferta del turismo de la Mancha, indicó que era un gran error concurrir cada pueblo por su lado en la defensa de “su” turismo, que así no se llegaba a ningún sitio y que las posibilidades de fracasar son casi seguras.

Apuntó a que todas las poblaciones que tienen algo que ofrecer en relación con el Quijote, deberían estar convencidas en ir de la mano colaborando en lograr un objetivo común, que él llamó “Lugares del Quijote” y que una vez ofrecido ese producto, cada lugar se empeñe en mejorar dentro en lo posible sus infraestructuras y su oferta turística pero siempre sin perder fuerzas en enfrentarse con los de al lado, sino teniendo siempre a la vista el objetivo común que es el de reforzar un proyecto turístico de primer orden que atraiga con fuerza al turista literario.

Precisamente en esta misma idea coincide con la Sociedad Cervantina que siempre han apostado por la “Comarca Quijote” teniendo claro que sólo de este modo se puede organizar un turismo fiel que obtenga por su dinero invertido un contenido de calidad y un grado de satisfacción que le haga sentir que le ha merecido la pena visitar la Mancha y que recomendará a sus amistades, haciendo crecer las visitas de forma exponencial.

Impartió un consejo fundamental: “No dejen de leer, siempre que puedan, unos párrafos de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. Aseveró que “el idealista no conoce límites, la persona con ideales es una persona con los pies en la tierra y el corazón en el cielo, lo importante es marcarse metas y poner toda tu alma en cumplirlas”.

Y cerró la conferencia exhortando a los presentes a leer, releer y practicar el Quijote, confesó que cada vez que vuelve a las páginas del Quijote le hacen renovar su fe en los hombres que se atreven a soñar y no sólo eso, sino que con su lectura se permite construir nuevas ilusiones personales porque siempre hay una aventura que nos está esperando.

“No se necesita una varita mágica para cambiar las cosas, dentro de nosotros mismos yace la magia que nos impulsa a hacer grandes cosas”.

 Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

CONFERENCIA COMPLETA

Se cumplen veinte años de la declaración de Pausa (Perú) como Capital Cervantina de América

El próximo miércoles 26 de abril, se cumplirán 20 años de la declaración de Pausa (Perú) como Capital Cervantina de América, que fue aprobada por Resolución de Alcaldía nº 031-2003-MPPSS de la Municipalidad Provincial de Paucar del Sara Sara,  en la región peruana de Ayacucho

Alcázar de San Juan 24/04/2023.- Esta resolución que no ha sido reconocida en el mundo cervantino y ni tan siquiera conocida en muchos casos, fue dictada a impulso de su alcalde provincial, Italo Villaverde Huaita, y tiene mucho fundamento.

La motivación menos importante -aunque también sea relevante- es la de situar en el mundo cervantino a esta hoy humilde ciudad andina perdida en el centro de Perú, a los pies del Nevado Sara Sara, en el antiguo tránsito virreinal de la Ciudad de los Reyes a Chile.

Pero la motivación más importante es que Pausa se merece el nombramiento.

En una fecha indeterminada de 1607 (algunos autores apuntan que el 19 de octubre, pero no es una fecha corroborada) se celebraron en Pausa, capital del corregimiento de Parinacochas unos fastos en honor del nombramiento como virrey del Perú de Juan de Mendoza y Luna –marqués de Montesclaros–, con la particularidad de que aún se hallaba de camino desde el virreinato de México (que acababa de dejar para hacerse cargo del nuevo cargo) y no estaba presente en las fiestas. Es decir, que las hicieron en su honor, pero lo curioso es que dejaron testimonio escrito de ellas para que el nuevo virrey, amante de las letras y lector del Quijote, conociese de la celebración de las mismas mediante la lectura del relato a su llegada a Lima.

Laura Agar Paz Rescala, nos dice en su fantástico trabajo ¿Cómo es que asomó el Caballero de la Triste Figura? En busca de un contexto para las fiestas de 1607 en Pausa:

“Estas fiestas se hicieron famosas desde que la Relación de las fiestas que se celebraron en la corte de Pausa… fue dada a conocer por Francisco Rodríguez Marín en 1911. El manuscrito narra la dramatización de un torneo ecuestre, para el cual se presenta una interesante gama de caballeros, entre los cuales aparece don Quijote. Irving Leonard [1953] colaboró a dar sustento al renombre de estas fiestas al hablar de la circulación de libros de caballería en los virreinatos españoles de ultramar y al mostrar los acuerdos comerciales que quedan como prueba de la profusa cantidad de ejemplares que llegaron a América de la primera edición del Quijote (para esto sigue una estela que ya había marcado en su conferencia el mismo Rodríguez Marín y que, poco después, comienzan a repetir estudiosos de las primeras décadas del siglo XX [Francisco de Icaza 1918]). Esta relación de fiestas, por décadas, pasó de boca en boca, sin que nadie se detuviera a estudiarla cuidadosamente. Hoy el panorama ha cambiado, principalmente por la edición anotada de la relación de fiestas que en 2005 propusieron José Manuel Lucía Megías y Aurelio Vargas Díaz Toledo y por algunos estudios más como, por ejemplo, los de Raquel Chang Rodrígez [2007] y Susana Antón Priasco [2007; 2009]”.

Y sigue diciendo en su documentado estudio que a instancias del corregidor Francisco de Álava y Norueña (que no aparece para nada en el relato), auténtico impulsor de las fiestas, concitó en la que en ese momento era una importante ciudad minera y bastante rica por la capacidad organizativa que demostró, a un elenco de personalidades relevantes del corregimiento de Parinacochas, ya que los tres jueces del festival fueron fray Antonio Martínez prior del convento dominico de San Cristóbal de Pausa (poder eclesiástico), Cristóbal de Matas, minero potosino (poder económico) y Juan de Larrea y Zurbano, antiguo corregidor y el representante de la nobleza local, casado con María de Peralta (hija de Diego de Peralta y Cabeza de Vaca conquistador y fundador de la ciudad de Arequipa), y a quien junto con sus hijas fueron dedicados los diferentes triunfos de las justas.

En la representación ocurrida en la Plaza de Armas de Pausa, salieron diferentes caballeros cada uno con su lema o mote, pero el que más llamó la atención fue don Quijote, nos cuenta Paz Rescala en su trabajo antes citado:  

“En fin, la particularidad mayor de nuestro caballero es que, dentro de la ficción de la fiesta, es un no caballero (¿un soldado? ¿Alonso Quijano?) haciendo de caballero y fallando en el intento; es representado en compañía de otros personajes (el cura, el barbero) a su vez disfrazados (de princesa Micomicona y de escudero). Este caballero es un golpe de ironía y modernidad. Es el reverso de la fiesta. Podría ser una suerte de desafío a todos los demás caballeros a caer en su propia condición de farsa y a gozar todavía más del juego: así, sin dar en el blanco siquiera con una lanza, rompiendo incluso en el cabo los versos de su lema:

Soy el audaz don Quixó-,
y maguer que desgraçiá-,
fuerte, brabo y arriscá-“.

Interpretando a don Quijote otro poder local, Luis de Córdoba (caballero cordobés que anda en este reino disfrazado de nombre Luis de Galves) que había sido juez de Castrovirreina, centro minero e importante ciudad de paso para el comercio del azogue, que a la postre resultó con su interpretación del hidalgo manchego, el ganador del torneo, con lo que queda demostrado que el personaje no fue una excepción en las fiestas, sino que el Caballero de la Triste Figura fue el protagonista indudable de las mismas:  “… y los jueces desde su andamio alcanzaron un bocado, y después de haber tenido entre sí algunas diferencias sobre el dar de los premios de invención, letra y gala, se resolvieron en esta forma: que el de invención, por haber sido todas tan buenas y reconocerse poca o casi ninguna ventaja en ellas, se le diese al Caballero de la Triste Figura, por la propiedad con que hizo la suya y la risa que en todos causó verle; el cual dio cuatro varas de raso morado que le tocaron, a su escudero Sancho, para que las presentase en su nombre [a Dulcinea] cuando la viese, diciéndole que el su caballero las había ganado con el ardid y esfuerzo que su memoria le había prestado; y al Caballero de la Selva le dieron unos guantes de ámbar por la mejor letra que presentó al sujeto de ella”.

(Se puede leer completa la descripción de las fiestas en https://cvc.cervantes.es/literatura/quijote_america/peru/relacion_pausa.htm

Me atrevería a decir que, desde el momento en que cuenta el manuscrito que, conocido el proveimiento del marqués de Montesclaros como virrey del Perú y en el que salió una encamisada de cuarenta caballeros hacia la plaza para colgar el cartel donde en los siguientes diez días debían apuntarse los caballeros que quisieran participar en las justas en honor al nuevo mandatario, ya se estaba forjando la victoria de don Quijote de la Mancha en la Plaza de Armas de Pausa.

Por tanto y para cerrar este artículo creo que ha quedado claro que la primera representación de los personajes cervantinos con un cierto gusto, no exento del ánimo de divertir y hacer gracias, pero opino que hasta con un cierto respeto, fue la que tuvo lugar en la ciudad andina, por lo que creo que el nombramiento que le fue dado por resolución de alcaldía es más que justo y basado en evidencias históricas y ojalá que este breve recopilatorio (y el de otras personas más versadas que yo en el mundo cervantino) sirvan para poner a los pausinos en el lugar que en justicia les corresponde.

Constantino López

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

Con Antonio Leal Jiménez comienza el ciclo de conferencias “Universo Quijote”

Cartel de la conferencia

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El Quijote como filosofía de Marketing en el siglo XXI” será el título con el que Antonio Leal Jiménez inaugurará este ciclo de conferencias que va a estar abierto a todo el público y con entrada libre

Alcázar de San Juan, 20 de abril de 2023.- Con el ánimo de abrir las actividades de la Sociedad Cervantina de Alcázar al público alcazareño y de toda la comarca que

quiera asistir, se ha programado un ciclo de conferencias llamado Universo Quijote” en el que personas relacionadas con diferentes ámbitos culturales y académicos pasarán por nuestra ciudad a hablarnos sobre temas de interés y siempre en la órbita del Quijote.

«Universo Quijote» es una nueva actividad cultural que la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan va a poner en marcha en este y que está dentro de la programación de actividades que la Asamblea General aprobó para 2023.

De esta forma no solo habrá actividades exclusivas para los socios, sino que con el ciclo de conferencias que ahora se inicia, posibilitará a todos los aficionados al mundo cervantino y quijotesco, que conozcan de manera más cercana la asociación cultural y cumplirá el objetivo fundamental de la Sociedad que es el de fomentar la lectura, conocimiento, estudio y difusión de la obra de Miguel de Cervantes y en particular del Quijote.

La entrada es libre para todos los públicos hasta completar el aforo y la primera de las conferencias correrá a cargo de un paisano, Antonio Leal Jiménez, que es experto en Marketing y nos hablara de cómo diversas personalidades de nuestra época han seguido las enseñanzas contenidas en el Quijote para triunfar en sus negocios, la conferencia llevará por título “El Quijote como filosofía de Marketing en el siglo XXI” y tendrá lugar en la Casa Museo del Hidalgo de Alcázar de San Juan el miércoles 26 de abril a partir de las 20:00 horas.

Aunque será retransmitida por Facebook en directo, os invitamos a todos a acompañarnos en la Casa del Hidalgo porque escuchar a Antonio Leal es siempre muy placentero y su gran experiencia nos hará aprender muchas cosas mientras pasamos un rato extraordinario.

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

La música en Cervantes protagonista absoluta en la Sierra de los Molinos de Criptana

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Con el patrocinio del Ayuntamiento de Campo de Criptana, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha organizado la 5ª Mesa Redonda Cervantina en el salón de actos del Centro de Interpretación del Molino Manchego

Alcázar de San Juan, 16 de abril de 2023.- A lo largo de la mañana del sábado 15 de abril, ha tenido lugar la V Mesa Redonda Cervantina que ha llevado por título «La música en Cervantes y sus obras, y la influencia de éste en la música». Santiago Lázaro, alcalde de Campo de Criptana y Rosa Ana Fernández, concejal de cultura, abrían el acto dando la bienvenida a ponentes y público asistente, mostrándose muy satisfechos por acoger este evento cultural que llevaban tiempo preparando junto con la Sociedad Cervantina de Alcázar.

Lázaro puso de manifiesto la importancia de celebrar este acto en su pueblo, en coordinación con una sociedad cultural alcazareña (que ha celebrado las cinco mesas redondas de forma itinerante en diferentes localidades cercanas), e insistió en la idea de que este ejemplo debe calar en la comarca. Dijo que la idea de que cada pueblo haga su lucha individual por atraer turismo es errónea, se mostró convencido de que es más productivo aunar sinergias y que todos juntos sumemos esfuerzos en la idea de la “Comarca Quijote”, y que de forma conjunta seamos capaces de ofrecer un producto turístico completo basado en el Quijote y sus aventuras por la comarca, para que pueda ser disfrutado por nuestros visitantes.

La Mesa Redonda ha respondido a las expectativas que se habían generado debido a que las exposiciones -de gran interés-, han mantenido al público absorto y pendiente de las explicaciones de los intervinientes, hasta el punto de que a gran número de asistentes la sesión se les ha hecho corta.

El acto ha sido transmitido en directo en el perfil de Facebook de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, donde nada más terminar el acto se ha subido el vídeo completo del evento a disposición de quienes quieran verlo en diferido.

https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912

La música y Cervantes han sido protagonistas absolutos de la mañana criptanense, moderados de forma magnífica por Miguel Antonio Maldonado (experto en música tradicional y director del grupo Camerata Cervantina), los verdaderos protagonistas de la mesa han ido desgranado sus ponencias de forma magistral. Comenzó el orden de intervenciones Manuel Briega Román (concertista componente del Dúo Belcorde) haciendo un recorrido por la enorme producción de música clásica basada en el Quijote que ha inspirado más de 1000 obras entre composiciones musicales, piezas de ballet y óperas. Briega ha recorrido medio mundo ofreciendo conciertos en colaboración con el Instituto Cervantes y ha asegurado que no solo llevan a gala ser manchegos, sino que lo demuestran interpretando siempre en su repertorio música de la época de Cervantes que es apreciada en todos los países.

A continuación, Enrique Suárez Figaredo (socio de honor de la SCA) comentó la película El Hombre de la Mancha de 1972 (género musical), con Peter O’Toole, Sofía Loren y James Coco como actores principales, alabando el tono –in crescendo– de la parte musical, así como la gran interpretación de los personajes de Sancho Panza y de Aldonza. Se ganó al público afirmando que Sara Montiel hubiese sido la encarnadora ideal de Dulcinea, pero que, a falta de la paisana, Sofía Loren tampoco lo hizo mal…  No obstante, apuntó que en su opinión el actor principal no se acababa de ajustar a la personalidad que debería tener un caballero andante al uso. Así mismo dijo que cuantas más veces ha visto la película, más aprecia la calidad musical de las melodías como uno de los atractivos del film.

Por otra parte, Juan José Pastor Comín (profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha) hizo una rigurosa exposición de los usos musicales en las obras de Cervantes, mostró como el genial escritor conoció -sin duda- la música y las canciones populares de su tiempo, así como la completa gama de instrumentos. Puso de manifiesto también cómo Cervantes utiliza términos musicales que son sólo conocidos por verdaderos especialistas y demuestra el conocimiento profundo de la teoría musical. Puso de manifiesto que Cervantes además hace bromas con los fundamentos musicales de don Quijote, sacando siempre muchísimo partido de los propios conocimientos sobre música del inmortal novelista. Adornó su exposición con la reproducción de fragmentos musicales de la época, algunos de una gran complejidad compositiva.

Finalmente, Hans Christian Hagedorn (también profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha), realizó un exhaustivo análisis de la gran variedad de obras de jazz que han tenido el Quijote como modelo,  e hizo un fantástico recorrido por los elementos y motivos de inspiración para componer este tipo de música. También utilizó la reproducción de pequeños fragmentos musicales para explicar -por ejemplo-, cómo los compositores utilizaban estructuras musicales cíclicas y repetitivas para simular el giro continuo de las aspas de los molinos de viento.

A la terminación de las exposiciones, Toni Maldonado (moderador) hizo un preciso resumen de lo más importante de cada intervención y aportó algunas apreciaciones sobre los aspectos coincidentes con la música tradicional -que tan bien conoce-, poniendo una guinda al sabroso pastel que la mesa redonda ofreció al público.

Siguió un turno de interesantes preguntas por parte del público asistente, especialmente una sobre si conocían alguna composición inspirada en la pastora Marcela, a la que los ponentes respondieron que no lo había, a pesar del importante papel de libertad e independencia con el que Cervantes adorna a esta mujer en su novela; en cambio sí que tenían constancia de que había composiciones inspiradas en Grisóstomo.

Podemos afirmar que la música ha sido protagonista absoluta en la Sierra de los Molinos de Campo de Criptana y que se ha respirado en cada rincón del Centro de Interpretación del Molino Manchego.

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

La música de don Quijote en la Tierra de Gigantes

Rosa Ana Fernández, Concejal de Cultura de Campo de Criptana y Juan Bautista Mata, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar en la presentación a los medios de la 5ª Mesa Redonda Cervantina

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La 5ª Mesa Redonda Cervantina tendrá por título “La música de Cervantes y sus obras, y la influencia de éste en la música” y se celebrará en Campo de Criptana

Alcázar de San Juan, 12 de abril de 2023.- En colaboración con el Ayuntamiento de Campo de Criptana, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha organizado la quinta edición de esta iniciativa cultural poniendo en valor uno de los lugares que más se identifican con la Comarca Quijote, ya que esta población era la única que disponía de un gran número de estos gigantes industriales y fue el único lugar posible en el que Miguel de Cervantes se inspirase para situar en este paraje la famosa batalla contra los molinos de viento, que el autor describió en el mundialmente conocido Cap. 8 de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

La 5ª Mesa Redonda Cervantina se desarrollará en el incomparable marco del Centro de Interpretación del Molino Manchego, en plena Sierra de los Molinos, el sábado 15 de abril a partir de las 11.00 horas y con entrada gratuita hasta cubrir el aforo del local.

En esta ocasión y por celebrarse en Campo de Criptana, ciudad con amplia tradición musical, la Mesa Redonda versará sobre la música en el Quijote y llevará por título «La música de Cervantes y sus obras, y la influencia de éste en la música» y contará con cuatro ponentes de excepción, profundos conocedores del mundo musical cervantino que ofrecerán ponencias del máximo interés, que aportarán datos desconocidos e interesantes para todos los apasionados de la obra cervantina y para el público en general que asista en directo o siga el desarrollo de la Mesa Redonda a través del perfil de Facebook de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912

Desde las 11.00 y tras la inauguración de la Mesa por parte de las autoridades, nuestro socio Miguel Antonio Maldonado Felipe, folklorista, investigador musical y arreglista-director del grupo de música tradicional Camerata Cervantina será el conductor de la mesa y moderará a los ponentes:

D. Manuel Briega Román, Criptanense, profesor superior de Violín y Música de Cámara por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Profesor de violín del Conservatorio Profesional de Música “Marcos Redondo” de Ciudad Real. Concertista internacional con el dúo Belcorde. Expondrá: “El QUIJOTE: Fuente de inspiración musical del s. XVII al S. XXI”.

D. Enrique Suárez Figaredo, Socio de Honor de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Ingeniero eléctrico ya jubilado, investigador residente en Barcelona, estudioso del Quijote, editor y descubridor de una edición desconocida del Quijote de Avellaneda, que a la postre se trató de la primera y más antigua entre los fondos de la Biblioteca Nacional. Gran conocedor del mundo de la edición en el Siglo de Oro, ha editado gran parte de las novelas de caballerías de la época. Ha sido colaborador en el Quijote del Instituto Cervantes, última edición, coordinada por Francisco Rico. Su ponencia será: “El Hombre de la Mancha. Aciertos y desaciertos del film respecto al personaje principal”.

D. Juan José Pastor Comín, Profesor Titular (acreditado a Catedrático) de Música en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y Codirector del Centro de Investigación y Documentación Musical (CIDoM-SIC). Ganador del Premio Nacional Extraordinario de Fin de Grado (MEC) y Premio Extraordinario de Contrapunto y Fuga (2001). Su exposición se titulará: “Usos musicales en las obras de Cervantes”. 

D. Hans Christian Hagedorn, Profesor Titular del Departamento de Filología de la Universidad de Castilla La Mancha, autor de «La traducción narrada: El recurso narrativo de la traducción ficticia», 2006.  Pertenece a Asociación Internacional de Hispanistas (AIH) Asociación Madrileña de Germanistas (AMG) Deutscher Germanisten Verband (DGV). El título de su ponencia será: “La presencia del Quijote en la música popular de los siglos XX y XXI: el caso del jazz”.

La Mesa Redonda Cervantina se ha celebrado ya en El Toboso, Quero, Puerto Lápice, Alcázar de San Juan y en esta ocasión en Campo de Criptana. Siempre en los lugares que son referencia en el Quijote y donde tuvieron lugar las aventuras de don Quijote y Sancho Panza. En 2023 la música del Quijote estará en Tierra de Gigantes.

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

La casa de don Quijote

El Quijote, al inicio, puede parecer un laberinto geográfico, pero después de familiarizarse con el entorno físico descrito en él deja de serlo.

Si hemos podido situar el lugar de don Quijote en el mapa de la Mancha, teniendo en cuenta los datos geográficos, físicos y humanos, que en el texto nos deja su autor, tratar de situar la casa de don Quijote en el núcleo urbano de Alcázar de San Juan parece posible.

Que Cervantes conoció esta villa manchega, sanjuanista, y su entorno cercano, no cabe duda alguna. No tenemos constancia documental de cuando estuvo, el motivo, ni el tiempo que permaneció aquí. La imagen que de ella tenía Cervantes la traslada al papel de su novela más conocida, lo suficientemente legible para el lector coetáneo que leyó su novela.

Hoy nos parece imposible transitar por una ciudad si no es con un dispositivo de geolocalización en la mano, pero en tiempo de Cervantes identificar la imagen de un lugar  consistía simplemente en percibir lo más nítidamente posible su morfología, el plano urbano con sus hitos, calles, plazas, bordes y edificios singulares. Si el viajero accedía por uno de los caminos de acceso a un pueblo o ciudad, distinguir su estructura y sus barrios le servía de referencia clara para manejarse después en su interior.

La plaza central o mayor, que normalmente albergaba el ayuntamiento, en cualquier villa manchega, es la imagen que identifica el centro de ella, un nodo desde el que parten las calles principales hacia cada uno de los barrios.  También a ella llegan o parten los caminos, en su casco urbano todavía como calles, desde o hacia otras villas cercanas.

Cervantes conoce bien la plaza de Alcázar de San Juan. En ella está la Torre del ayuntamiento y una fuente pública. En toda esta comarca manchega solo Alcázar de San Juan contaba con una fuente en su plaza. Escoge esta imagen vigorosa de la fuente de la plaza y nos la retrata en el texto. Teresa, la mujer de Sancho, le da las nuevas que en su pueblo han pasado desde su segunda partida con don Quijote: «Sanchica hace puntas de randas, gana cada día ocho maravedís horros, que los va echando en una alcancía para ayuda a su ajuar; pero ahora que es hija de un gobernador tú le darás la dote sin que ella lo trabaje. La fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas.»(Q2, 52).

Era común, y sigue siéndolo hoy, que en todas las plazas de los pueblos manchegos, en la amplitud de la plaza, se celebrasen los días de mercado; las celebraciones, festividades más importantes y los domingos al mediodía eran el punto de reunión para chicos y grandes.

Para ubicar el barrio de Alcázar de San Juan donde Cervantes emplazó las casas de don Quijote y Sancho Panza, que eran vecinos, analizaremos las salidas y regresos de don Quijote, y la llegada a la villa del paje de la duquesa con las cartas a Teresa. En estos pasajes, Cervantes, describe la estructura urbana de la villa del hidalgo manchego a principios del s. XVII, y de alguna manera nos marca el barrio de los protagonistas de la novela.

Primera salida:

«Y así, sin dar parte a persona alguna de su intención y sin que nadie le viese, una mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del mes de Julio, se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza y por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento y alborozo de ver con cuánta facilidad había dado principio a su buen deseo.» (Q1, 2)

Primer regreso:

«En estas pláticas y en otras semejantes llegaron al lugar a la hora que anochecía; pero el labrador aguardó a que fuese algo más noche, por que no viesen al molido hidalgo tan mal caballero. Llegada, pues, la hora que le pareció, entró en el pueblo y en la casa de don Quijote, la cual halló toda alborotada…» (Q1,4)

Segunda salida:

«Todo lo cual hecho y cumplido, sin despedirse Panza de sus hijos y mujer, ni don Quijote de su ama y sobrina, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque los buscasen…  Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje…» (Q1, 7)

Segundo regreso:

«El boyero unció sus bueyes y acomodó a don Quijote sobre un haz de heno y con su acostumbrada flema siguió el camino que el cura quiso, y a cabo de seis días llegaron a la aldea de don Quijote, adonde entraron en la mitad del día, que acertó a ser domingo y la gente estaba toda en la plaza, por mitad de la cual atravesó el carro de don Quijote. Acudieron todos a ver lo que en el carro venía, y cuando conocieron a su compatrioto quedaron maravillados, y un muchacho acudió corriendo a dar las nuevas a su ama y a su sobrina de que su tío y su señor venía flaco y amarillo y tendido sobre un montón de heno y sobre un carro de bueyes». (Q1, 52)

Tercera salida:

«En resolución, en aquellos tres días don Quijote y Sancho se acomodaron de lo que les pareció convenirles; y habiendo aplacado Sancho a su mujer, y don Quijote a su sobrina y a su ama, al anochecer, sin que nadie lo viese sino el bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso…» (Q2, 7)

Tercer regreso:

«Aquel día y aquella noche caminaron sin sucederles cosa digna de contarse, si no fue que en ella acabó Sancho su tarea, de que quedó don Quijote contento sobremodo, y esperaba el día por ver si en el camino topaba ya desencantada a Dulcinea su señora…

Con estos pensamientos y deseos subieron una cuesta arriba, desde la cual descubrieron su aldea, la cual vista de Sancho, se hincó de rodillas y dijo:

—Abre los ojos, deseada patria, y mira que vuelve a ti Sancho Panza tu hijo, si no muy rico, muy bien azotado…

—Déjate desas sandeces —dijo don Quijote— y vamos con pie derecho a entrar en nuestro lugar, donde daremos vado a nuestras imaginaciones y la traza que en la pastoral vida pensamos ejercitar.

Con esto bajaron de la cuesta y se fueron a su pueblo.» (Q2, 72)

«A la entrada del cual, según dice Cide Hamete, vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos

…Llegaron los cazadores, pidieron su liebre y diósela don Quijote; pasaron adelante, y a la entrada del pueblo toparon en un pradecillo rezando al cura y al bachiller Carrasco.

… Finalmente, rodeados de mochachos y acompañados del cura y del bachiller entraron en el pueblo y se fueron a casa de don Quijote, y hallaron a la puerta della al ama y a su sobrina, a quien ya habían llegado las nuevas de su venida.» (Q2, 73)

Llegada del paje de la duquesa:

«Dice, pues, la historia que el paje era muy discreto y agudo, y con deseo de servir a sus señores partió de muy buena gana al lugar de Sancho, y antes de entrar en él vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres, a quien preguntó si le sabrían decir si en aquel lugar vivía una mujer llamada Teresa Panza, mujer de un cierto Sancho Panza, escudero de un caballero llamado don Quijote de la Mancha; a cuya pregunta se levantó en pie una mozuela que estaba lavando, y dijo:

—Esa Teresa Panza es mi madre, y ese tal Sancho, mi señor padre, y el tal caballero, nuestro amo.

—Pues venid, doncella —dijo el paje—, y mostradme a vuestra madre, porque le traigo una carta y un presente del tal vuestro padre.

—Eso haré yo de muy buena gana, señor mío —respondió la moza, que mostraba ser de edad de catorce años, poco más a menos.

Y dejando la ropa que lavaba a otra compañera, sin tocarse ni calzarse —que estaba en piernas y desgreñada— saltó delante de la cabalgadura del paje, y dijo:

—Venga vuesa merced, que a la entrada del pueblo está nuestra casa, y mi madre en ella, con harta pena por no haber sabido muchos días ha de mi señor padre.

—Pues yo se las llevo tan buenas —dijo el paje— que tiene que dar bien gracias a Dios por ellas.

Finalmente, saltando, corriendo y brincando llegó al pueblo la muchacha, y antes de entrar en su casa dijo a voces desde la puerta:

—¡Salga, madre Teresa, salga, salga, que viene aquí un señor que trae cartas y otras cosas de mi buen padre!» (Q2, 50)

Después de leer estos pasajes, separados a lo largo de la novela, surgen unos argumentos objetivos que nos sirven para situar en el plano urbano de Alcázar de San Juan la zona donde tenían sus don Quijote y Sancho Panza:

1º Vivían cerca de los bordes o límite urbano de Alcázar de San Juan

En la primera salida indica el narrador que «por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento»,revelando que las tapias del corral de la casa de don Quijote estaban junto al campo. La hija de Sancho indica también la situación periférica de su casa, cuando invita al paje de la duquesa a acompañarla «que a la entrada del pueblo está nuestra casa».

2º En el este de la villa

Don Quijote, en su primera salida, se dirige hacia el este llegando al final de la jornada a la Venta de Manjavacas, en el término de Mota del Cuervo. A su regreso, por el mismo camino, se encuentra de frente con los mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. De este desafortunado encuentro sale malparado. Recogido del suelo por un vecino suyo, que venía de llevar una carga de trigo a un molino de viento, este lo acomodó como pudo sobre su borrico y «entró en el pueblo y en la casa de don Quijote». En la época de la escritura del Quijote, en esta parte de la Mancha, solo tenían molinos de viento las cercanas villas de Campo de Criptana, El Toboso y Mota del Cuervo, entre otras villas santiaguistas, todas al este de Alcázar de San Juan.

En su segunda salida, ya con Sancho como escudero, «acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje» llegando, ahora sí, a ver los molinos de Campo de Criptana, combatiendo contra uno de ellos.

De regreso de Sierra Morena, en su segunda salida desde la Venta de la Inés, en tiempos de Cervantes conocida como Venta del Alcalde, don Quijote es traído a su pueblo sobre una carreta tirada por unos bueyes. Esta venta está situada al suroeste de Alcázar de San Juan. Pasadas las casas y ventas de Puerto Lápice, accederían a Alcázar por el oeste, por el camino de Herencia, «adonde entraron en la mitad del día, que acertó a ser domingo y la gente estaba toda en la plaza, por mitad de la cual atravesó el carro de don Quijote». Necesitan cruzar de oeste a este el pueblo, por su plaza, para llegar a su casa.

3º Más precisamente, al noreste de la villa

En la tercera salida, su primer destino es El Toboso. Alcázar de San Juan cuenta con un camino derecho con el nombre de Camino del Toboso. Este camino empezaba al noreste de la villa: «al anochecer, sin que nadie lo viese sino el bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso»

4º Elementos particulares del paisaje urbano

Además de la fuente de la plaza, Cervantes identifica dos elementos particulares más de la imagen urbana de Alcázar de San Juan. Estos le dan legibilidad al texto y nos ayudan a identificarlos en el plano de la villa: un arroyo al este antes de entrar a sus casas y unas eras  de trillar en sus afueras junto al Camino del Toboso.

-El Arroyo Mina.

El paje de la duquesa, desde Aragón, llegaría a esta parte de la Mancha por Cuenca, y después de pasar Mota del Cuervo y Campo de Criptana entraría a Alcázar de San Juan por el conocido Camino de Murcia. Por el este, lamiendo las últimas casas del lugar de don Quijote transcurría el Arroyo Mina. En este arroyo, que recogía aguas de los cerros del Tinte, las mujeres alcazareñas han lavado la ropa hasta bien entrado el siglo XX. Hoy está canalizado y no es visible.

En este paraje sitúa Cervantes el encuentro con la hija de Sancho: «…y antes de entrar en él vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres…». La proximidad a su casa desde este arroyo la indica la muchacha: «—Venga vuesa merced, que a la entrada del pueblo está nuestra casa, y mi madre en ella, con harta pena por no haber sabido muchos días ha de mi señor padre.

-Las eras en el Camino del Toboso

En regreso desde Barcelona, pasando por El Toboso tratando de ver ya  desencantada a Dulcinea, llegan caballero y escudero a su lugar de origen:

«A la entrada del cual, según dice Cide Hamete, vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos

…Llegaron los cazadores, pidieron su liebre y diósela don Quijote; pasaron adelante, y a la entrada del pueblo toparon en un pradecillo rezando al cura y al bachiller Carrasco». (Q2, 73)

Estas eras, otro hito en la estructura de la imagen del lugar de don Quijote, quedan dibujadas por Cervantes junto al borde de la villa, en la entrada por el Camino al Toboso.

En Alcázar de San Juan existían, hasta la construcción del ferrocarril y su estación, unas eras para trillar cereal junto a las primeras casas de la villa, entre los caminos de La Puebla de Almoradiel y El Toboso, al noreste, en un paraje conocido como el Pradillo, el «pradecillo» donde rezaban el cura y el bachiller.

Este paraje, eras y pradillo, es mencionado en los libros de actas del ayuntamiento en muchas ocasiones. En tiempo de Cervantes y la escritura del Quijote, encontramos varios pleitos que mantuvo el concejo con el gobernador del priorato de San Juan, que residía en esta misma villa. Uno de ellos, en 1600, fue por la titularidad y uso de estas eras situadas en el «pradillo», en el que sus alcaldes y regidores defendían a los vecinos propietarios de estas antiguas eras del lugar:

«En la villa de Alcazar en diez y siete días del mes de febrero de mil seiscientos años estando en la torre del ayuntamiento de esta dicha villa los alcaldes y regidores que abajo firmaron sus nombres para tratar y conferir cosas tocantes del bien público de la dicha villa acordaron que por cuanto el gobernador [de los] dichos priorazgos procede contra los vecinos desta villa que tienen eras en el pradillo […]se lleven los papeles que les pareciere en su provecho para que el dicho gobernador se satisfaga de como las dichas eras son de los vecinos que las poseen […]»

Con las citas del texto, los argumentos o variables que de ellas se desprenden y con la ayuda de la cartografía histórica disponible, vamos a tratar de situar el barrio de don Quijote y Sancho Panza.

El plano más antiguo que se conoce de Alcázar de San Juan es el dibujado en 1840, conservado en el Centro Geográfico del Ejército.

La actividad que los vecinos ejercen en su lugar moldea su estructura configurando su imagen, especialmente el plano de ella. Cuando hay un cambio significativo en el número de vecinos y sus actividades, el plano del lugar, y por lo tanto su imagen, también cambia, amoldándose a las nuevas exigencias sociales, económicas o culturales.

Este cambio de vida socioeconómica ocurrió en Alcázar de San Juan a finales del s. XIX con la llegada del ferrocarril que uniría Madrid con el Levante y Andalucía, convirtiendo la estación ferroviaria de Alcázar de San Juan en uno de los nudos ferroviarios más importantes de España, cambiando así la función urbana de una ciudad, antes mayoritariamente agrícola y de oficios, a otra distinta con centenares de empleados ferroviarios y sus familias, muchos llegados de otras partes de España. El ferrocarril cambió sustancialmente los parámetros básicos de su configuración urbana: superficie, perímetro, longitud de los ejes y radios de su forma. Por tanto, modificó su aspecto externo y su paisaje. La imagen urbana que nos ofrece el plano anterior, de mitad del s. XIX, aún no tiene la huella del ferrocarril en ella.

El siguiente plano conocido de Alcázar de San Juan es el realizado en 1884 por el Instituto Geográfico y Estadístico, formando parte de las minutas que conformaron el primer Mapa Topográfico Nacional (MTN). En él ya se aprecia el nuevo desarrollo urbano de Alcázar debido al ferrocarril. Habilitar y construir barrios y casas para las nuevas familias de ferroviarios, además de la propia estructura industrial ferroviaria, cambia la línea periurbana de la ciudad.

¿Qué diferencia, en su estructura urbana, tenía la villa alcazareña de principios del s. XVII con esta primera imagen que conocemos de mitad del s. XIX? Solo analizando la evolución de sus habitantes en estos dos siglos y medio, podremos obtener una aproximación de su imagen urbana, especialmente de su línea periurbana, sus bordes, más sensible a los cambios demográficos.

Un cuarto de siglo antes de la escritura del Quijote, en 1575, en las Relaciones Topográficas mandadas hacer por Felipe II, se solicitaba a los pueblos que respondieran a «Las casas y vecinos que al presente en el dicho pueblo hubiese, y si ha tenido más o menos antes de ahora, y la causa por que se haya disminuido». Las respuestas de Alcázar de San Juan, aunque fueron hechas y enviadas, están perdidas. Pero sí disponemos de las respuestas de lugares vecinos que contestaron a «el nombre del primer pueblo que hubiese, yendo del lugar donde se hiciese la dicha relación…» Campo de Criptana dice que tiene a  «Alcázar, como al poniente, de más de dos mil vecinos», y Villafranca de los Caballeros responde que «la villa de Alcázar tendrá de vecindad dos mil y quinientos vecinos».

Vecino, en aquella época, se consideraba al sujeto que pagaba impuestos, por lo que quedaban fuera de este número las mujeres, niños, clero, religiosos, hidalgos y todo aquel que estuviese exento de pagarlos. Expertos en Historia y Estadística han llegado a la conclusión que para conocer el número aproximado de personas que habitaban un lugar, el número de «vecinos» habría que multiplicarlo por  cuatro o por cinco. Así la villa de Alcázar en 1575 contaría con entre ocho a diez mil habitantes.

Poco después, en 1594, en el censo de vecinos realizado en Alcázar de San Juan aparecen registrados «2.057 vecinos», aproximadamente los mismos habitantes.

Medio siglo después, en 1646, Alcázar de San Juan pasaría a tener «1.481 vecinos de todas clases», unas seis a siete mil personas, y en 1694 «1.134 vecinos», unas cinco mil personas aproximadamente. Con estos datos se confirma que durante el s. XVII Alcázar de San Juan casi perdió la mitad de sus habitantes. Aunque con menos casas habitadas, sus límites urbanos seguirían siendo los mismos.

Este descenso demográfico, en general en toda España, fue debido a las guerras mantenidas por la monarquía hispánica con pérdidas de muchos hombres, y a las epidemias, enfermedades y sequías que asolaron toda España. A este escenario había que sumar la escasa natalidad y la alta mortalidad de los recién nacidos, y de las mujeres durante la gestación y el parto. Crisis demográfica acrecentada por la expulsión de la numerosa población morisca entre 1609 y 1613.

Durante el s. XVIII comenzó la población a recuperarse, declarando Alcázar de San Juan al Catastro de Ensenada, en 1752, que tenía «dos mil vecinos», unos ocho a diez mil habitantes, el mismo número que contaba en 1600.

En 1852 se inician las obras de construcción de la estación del ferrocarril, llegando a sus andenes el primer tren desde Madrid el año 1854. En el Censo de 1857, que ya sí contabilizaba el número real de personas que habitan en los pueblos y ciudades españolas, Alcázar de San Juan anotó 7.942 habitantes. 

Vemos con estos datos, como la población se estabilizó durante estos últimos cien años, las ocupaciones de sus vecinos seguían siendo las mismas y su plano urbano, por tanto, seguía siendo aproximadamente igual. Hasta el comienzo de las obras del ferrocarril que cambia la vida social y económica de la ciudad y también su plano definitivamente.

En el Censo siguiente, el realizado en 1860, solo tres años después, refleja 8.179 habitantes, apreciándose claramente como el empleo ferroviario hace que el número de habitantes creciese en 237 personas, llegando a 11.292 habitantes en el año 1900. En solo medio siglo de actividad ferroviaria la ciudad creció más de un 42% en su población.

Por tanto, se puede afirmar que el mapa de Alcázar de San Juan realizado en 1840 refleja la misma función urbana que la villa mantenía en 1600. El trazado de sus calles y los límites urbanos son los mismos que los vecinos coetáneos de Cervantes, y el mismo Cervantes, pudieron apreciar. Es, a partir de la segunda parte del siglo XIX, con la construcción del ferrocarril, cuando comienza un nuevo desarrollo urbano que ha llegado hasta nuestros días.

Con las minutas que elaboraron los topógrafos del Instituto Geográfico Nacional, en 1884, del término municipal y del casco urbano, se formó el mapa topográfico MTN50-0713-1886-Alcázar de San Juan. En él se aprecian sus barrios, plazas y calles, y los caminos de acceso y arroyos que hoy han quedado soterrados por el plano urbano actual.

El Instituto Geográfico Nacional nos ofrece una herramienta muy útil para comparar varios tipos de mapas en la misma escala del visor. En la imagen anterior he comparado el mapa actual de Alcázar de San Juan con el MTN50-0713-1886. La línea periférica de la imagen de Alcázar de San Juan que refleja el primer plano de 1840 la he marcado en negro sobre el mapa actual de la ciudad. Así era aproximadamente Alcázar de San Juan en 1600.

He remarcado los caminos principales de acceso a Alcázar de San Juan. Están coloreados en rojo los caminos que, de una manera o de otra, están relacionados con las salidas de don Quijote. En azul uno de sus varios arroyos, el conocido como Arroyo Mina, que llegaba casi a las primeras casas de la villa por el este. En amarillo las Eras del Pradillo, donde sus agricultores trillaban el cereal.

Con esta perspectiva del mapa del lugar de don Quijote, y con el texto de la novela, es sencillo ubicar la zona urbana de la villa alcazareña que Cervantes escoge para situar en ella las casas de don Quijote y Sancho Panza.

Este barrio quijotesco, remarcado en verde en el mapa, es el contenido entre el Camino a Campo de Criptana, el Camino a los Siete Molinos y el Camino a El Toboso.

Por el primer camino sale don Quijote en su primera salida… «subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza y por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento», hacia la Venta de Manjavacas. Vuelve por el mismo camino al día siguiente, una vez burlescamente nombrado caballero por el ventero y molido a palos por el mozo de mulas de los mercaderes toledanos que iban a Murcia. Recogido por un labrador vecino suyo… «llegaron al lugar a la hora que anochecía; pero el labrador aguardó a que fuese algo más noche, porque no viesen al molido hidalgo tan mal caballero. Llegada, pues, la hora que le pareció, entró en el pueblo y en la casa de don Quijote».

Por el Camino de los Siete Molinos llega a encontrarse con los primeros molinos de viento de Campo de Criptana. En su segunda salida, ya con Sancho Panza…  «una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque los buscasen… en esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo…»

La tercera salida es por el Camino a El Toboso… «al anochecer, sin que nadie lo viese sino el bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso»Es por este mismo camino por el que regresa desde Barcelona y «vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos… y a la entrada del pueblo toparon en un pradecillo rezando al cura y al bachiller Carrasco… rodeados de mochachos y acompañados del cura y del bachiller entraron en el pueblo y se fueron a casa de don Quijote».

El arroyo donde estaban las mujeres y la hija de Sancho Panza lavando la ropa es el Arroyo Mina, que tiene que atravesar el paje viniendo desde Aragón con las cartas y presentes para Teresa Panza antes de entrar al pueblo… «y antes de entrar en él vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres… Y dejando la ropa que lavaba a otra compañera, sin tocarse ni calzarse —que estaba en piernas y desgreñada— saltó delante de la cabalgadura del paje, y dijo: Venga vuesa merced, que a la entrada del pueblo está nuestra casa».

El regreso de esta segunda salida a su pueblo, desde la Venta del Alcalde, hoy Venta de la Inés, en Sierra Morena, la hace don Quijote sobre una carreta de bueyes por el Camino a Herencia, «adonde entraron en la mitad del día, que acertó a ser domingo y la gente estaba toda en la plaza, por mitad de la cual atravesó el carro de don Quijote». En el mapa se aprecia como es necesario, entrando por el Camino de Herencia, atravesar la plaza para entrar en este barrio alcazareño. Cervantes, como diría Sancho, no da puntá sin hilo.

Las casas de hidalgo y escudero estaban junto al campo, en la línea perimetral de este barrio. Cervantes, en dos ocasiones nos lo detalla. El corral de la casa de don Quijote daba al campo… «por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento», y su vecino, Sancho Panza, como apuntaba su hija al paje « a la entrada del pueblo está nuestra casa».

He remarcado en el plano de 1840, con trazo de puntos verdes, el barrio del hidalgo manchego y su fiel escudero, y en rojo las casas más cercanas al campo. En este entorno real quiso Cervantes poner las casas de don Quijote y Sancho Panza en la ficción de la novela.

Las Eras del Pradillo, en amarillo, y el Arroyo Mina, en trazo original del plano y prolongado en azul justifican aún más el entorno urbano delimitado.

Evidentemente, no es posible determinar mejor, entre esta zona demarcada en rojo, las casas de hidalgo y labrador. Sin embargo, el trazado del Arroyo Mina junto al Camino de los Siete Molinos puede indicar el punto donde paje e hija de Sancho se encontraron. O tal vez este encuentro pudo ser en la entrada por el Camino de Murcia, junto al ábside de la iglesia-convento de San Francisco. Solo Cervantes, y quizás algunos vecinos de la villa que leyeron a principios del s. XVII el Quijote, sepan la respuesta.

Tal vez, tampoco sería para ellos un elemento de duda la pregunta que tantos lectores curiosos del Quijote a lo largo de los siglos se han hecho: ¿cómo es posible que saliendo por el mismo camino y dirección en la primera salida no viese los molinos de viento y en la segunda salida sí, saliendo de su pueblo por la «misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje»? Algunos han afirmado que podría ser un descuido o contradicción del propio autor de esta historia, pero debajo del plano urbano actual de Alcázar de San Juan está la respuesta.

En su primera salida, don Quijote llegó a la Venta de Manjavacas  siguiendo una de las variantes del Camino de Toledo a Murcia, pasando por Campo de Criptana y desde aquí siguió el Camino de Mota del Cuervo. El Camino de Campo de Criptana se podía tomar saliendo de la villa alcazareña por el Camino de Murcia, hoy Calle de San Francisco; pasando junto a la iglesia-convento de San Francisco, que en 1600 estaba fuera de los límites urbanos de la villa, y cruzando el Arroyo Mina por un puente principal, el viajero estaba ya en él. También se podía llegar a este camino saliendo por la Puerta de Villajos, comienzo del Camino del Toboso; desde aquí arrancaba un camino que después de vadear el Arroyo Mina llegaba al Camino de Campo de Criptana, a unos 500 m. de las últimas casas.

Por este camino viejo a la villa molinera no era posible ver ninguno de sus molinos de viento, situados la mayoría en su Sierra, o en parajes más al norte, tapados de la vista por las encinas que formaban los montes en esta zona manchega. Por el cambio del uso de suelo, hoy se pueden ver los molinos de viento criptanenses desde muchos kilómetros, imagen que hace cuatro siglos era imposible de apreciar.

En su segunda salida, don Quijote, ya con Sancho, sale en mitad de la noche por la «misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje», y al poco de amanecer  «descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo». Saliendo de su casa por el Camino de Murcia, ya en el campo y antes de cruzar el Arroyo Mina, arrancaba el Camino de los Siete Molinos. También, desde la salida de la villa por la Puerta de Villajos, al inicio del Camino a El Toboso se bifurca un camino que antes de cruzar el Arroyo Mina se incorpora al Camino de los Siete Molinos.

Una vez ya en este camino molinero, y pasado el límite entre Alcázar de San Juan y Campo de Criptana, estaban los primeros siete molinos de viento de Campo de Criptana; los siete propiedad de vecinos o instituciones religiosas alcazareñas, como consta en el Catastro de Ensenada. Hoy solo quedan los arranques de las cimentaciones de los molinos de viento y los silos para almacenar cereal, aperos y utensilios.

En el mapa anterior están remarcados el Camino a Campo de Criptana, el Camino de los Siete Molinos y la ubicación de estos en el término de Campo de Criptana.

Don Quijote sale por el mismo camino de su pueblo en ambas salidas. Es ya fuera de él cuando en compañía de Sancho toma el camino que los lleva a encontrarse con los molinos de viento.

Texto e imagen coinciden. Cervantes creó con su ingenio el cuento de don Quijote y, para hacerlo verosímil para sus lectores, solo tuvo que enmarcarlo  en una geografía física y humana que conocía bien. Hoy, los autores siguen escribiendo ficción utilizando este recurso literario ideado por Cervantes. La diferencia en la creación literaria en estos cuatro siglos está en que si actualmente un autor puede escribir de un lugar sin haber estado jamás en él, gracias a los recursos que la tecnología nos presta, en la época de la escritura del Quijote no se podía describir un lugar y su entorno cercano, con el detalle que hace Cervantes, sin haber estado en él.

                                      Luis Miguel Román Alhambra

Vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote