Después de comprobar que:
- El espacio geográfico conocido como el Común de la Mancha, no es específicamente la patria de don Quijote, la Mancha, sino una parte de ella.
- Que Mota del Cuervo llegó a pertenecer al distrito de la Mancha conocido desde antiguo como Campo de Montiel, y que por esta última evidencia ya sería descartable totalmente como posible lugar de don Quijote.
No queda ya sino considerar las variables que Cervantes nos deja en el Quijote para analizar sus tres salidas de su pueblo y con todas ellas, sin olvidarnos de ninguna, llegaremos nuevamente a la conclusión de que Mota del Cuervo no es el lugar de don Quijote:
- Don Quijote sale de su pueblo en las dos primeras salidas por el mismo camino y dirección.
- En este mismo camino se encuentra, de frente, con los mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia, cuando regresaba a casa, después de ser armado caballero en una venta.
- Los molinos de Campo de Criptana se encuentran, como mucho, a media jornada de camino al paso de Rocinante.
- Desde los molinos de Campo de Criptana se dirigen a Puerto Lápice, lugar que lo divisan por el sur y así ser posible el encuentro con la comitiva de frailes y vizcaínos que iban a Sevilla.
- En su tercera salida, don Quijote, sale camino a El Toboso, lugar que se encuentra a una jornada del suyo al paso de Rocinate.
Primera salida de don Quijote, desde Mota del Cuervo, según José Manuel González:
“Si seguimos la obra de El Quijote y analizamos lo concerniente a su primera salida, que hace él solo muy de mañana, el autor sugiere que en dirección a Puerto Lápice, o hacia los molinos de viento.
“Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la del Puerto Lápice; otros dicen que la de los molinos de viento”.
Si aceptamos como premisa que el lugar de partida es Mota del Cuervo, tanto da un camino como el otro, porque desde allí ambos caminos son coincidentes”
Desde luego que la intención de José Manuel González no parece muy clara al no seguir con la cita del Quijote. Esta realmente dice:
“Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la del puerto Lápice, otros dicen que la de los molinos de viento. Pero lo que yo he podido averiguar en este caso, y lo que he hallado escrito en los anales de la Mancha, es, que él anduvo todo aquel día, y al anochecer, su rocín y él, se hallaron cansados, y muertos de hambre: y que mirando a todas partes, por ver si descubriría algún castillo, o alguna majada de pastores donde recogerse, y adonde pudiese remediar su mucha hambre, y necesidad: vio no lejos del camino por donde iba una venta… (IP, Cap II)”.
La primera aventura de don Quijote es hacia una venta, no ocurriéndole nada hasta que llegó a ella. Que el camino que lleva a la venta pasa por Campo de Criptana, es evidente, pero que ese camino lleva a Puerto Lápice es una interpretación muy interesada del texto, porque como veremos un poco más tarde José Manuel González se “olvida” de la dirección que tiene que llevar don Quijote en ese camino saliendo de su pueblo, que es en la misma que llevarían los mercaderes toledanos que iban a Murcia, esto es de Oeste a Este.
Pero sigamos leyendo, para ver poco después donde sitúa José Manuel González la venta:
“En mi opinión, si don Quijote salió desde Mota del Cuervo, en dirección a Puerto Lápice y en su camino se encontró la venta donde fue armado caballero; esa venta debería estar cerca de este camino y antes de llegar a los molinos de Campo de Criptana. Quizás en este paraje de Castilla, aunque lógicamente no en esta construcción -pero quizá sí en otra anterior-, junto a ese gran pozo que hay en ese paraje de Castilla”

Este es el punto donde sitúa la venta José Manuel González y el camino que según él siguió don Quijote en su primera salida.
Es algo inexplicable marcar una venta en un paraje, donde hay una edificación antigua construida posteriormente a la escritura del Quijote, como él mismo reconoce, en una zona donde no existió en tiempos de Cervantes ninguna venta.
Para comprobar esto solo tenemos que leer las Relaciones de Campo de Criptana enviadas en 1575, puesto que este punto pertenece a su término municipal, y como no contestan tener en su término venta alguna.
Cerca de El Toboso, las únicas ventas que se conocen que existiesen en tiempos de Cervantes eran las ventas de Puerto Lápice, Las Motillas (entre Alcázar de San Juan y Manzanares), Montealegre (cerca de Lillo) y la de Manjavacas (Mota del Cuervo). A una de estas ventas se dirigió don Quijote, pero no a una inexistente, a conveniencia de José Manuel González.
A la venta llega don Quijote después de una larga jornada de camino. El paso de Rocinante era justo la mitad que el de un caballo normal (leerse, entre otras citas sobre su condición como caballo que hace Cervantes, el combate en las playas de Barcelona con el caballero de la Blanca Luna), una media legua a la hora, unos 3 kilómetros. En una larga jornada de verano como describre Cervantes, entre 10 a 12 horas de camino, llegó a recorrer hasta llegar a la venta desde su pueblo alrededor de 30 a 35 km, pues Cervantes nos narra como salió al amanecer y llegó a la venta al anochecer, cansado y hambriento.
Si hacemos el camino que nos indica José Manuel González, desde Mota del Cuervo a esa venta inexistente, solo recorreremos unos 18 km, la mitad de lo que Cervantes nos dice.
Después de armarse caballero en la venta, don Quijote toma la decisión de volver por el mismo camino a casa. Sale de ella al amanecer y después de socorrer a Andrés, en un encinar muy cercano a la venta, continúa su camino a casa y “en esto llegó a un camino que en cuatro se dividía. Y luego se le avino a la imaginación las encrucejadas donde los caballeros andantes se ponían a pensar cual camino de aquellos tomarían: y por imitarlos estuvo quedo, y al cabo de haberlo muy bien pensado, soltó la rienda a Rocinante, dejando a la voluntad del rocín la suya, el cual siguió su primer intento, que fue el irse camino de su caballeriza.
Y habiendo andado como dos millas, descubrió don Quijote un gran tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia …” (IP, Cap IV)
En este plano está representado el camino de vuelta a Mota del Cuervo desde la venta inexistente en rojo, propuesto por José Manuel González, y en trazos azules el camino de Toledo a Murcia, que en esta parte de la Mancha se unían las dos variantes, como se aprecia en el plano publicado en Mi vecino Alonso (2010)
Es evidente que el camino de vuelta a casa no coincide con este pasaje de la obra. El autor de Lo que Cervantes calló, intenta pasar de puntillas ante este relato de Cervantes. AquíCervantes no “calló” nada, todo lo contrario, nos pone a don Quijote sobre un camino, el camino de Toledo a Murcia, en el que se encuentra de frente con unos mercaderes toledanos que iban a Murcia.
En la nota al pie de su plano indica:
“En algún lugar cercano al Paraje de Castilla se debía encontrar la venta, y a su regreso hacia su aldea (punteado en rojo) vemos que se encuentra el Encinar de Haldudo (topónimo que aún se conserva), donde tendría lugar el episodio de Juan Haldudo y su criado Andrés.
Después se encontraría con los mercaderes toledanos. En el camino de la Seda o de los Pimenteros, de Toledo a Murcia (punteado en azul), donde don Quijote sería apaleado,…”
Como podemos ver, en ningún momento, siguiendo el camino a Mota del Cuervo, es posible que se pueda encontrar don Quijote de frente con los mercaderes de Toledo después de andar como unas dos millas desde un cruce de caminos. Ni existió la venta donde quiere, ni son posibles las distancias recorridas, y tampoco coincide la descripción que hace Cervantes del encuentro con los mercaderes siguiendo este camino y dirección de vuelta a casa de don Quijote al lugar propuesto por el autor de Lo que Cervantes calló.
Segunda salida de don Quijote, desde Mota del Cuervo, según José Manuel González.
Sería suficiente con el análisis anterior para dar por terminada esta crítica a la hipótesis de José Manuel González, pero para que no quede alguna duda, cuando afirmo que Mota del Cuervo no es, ni puede ser, el lugar de don Quijote, analizaremos la propuesta que nos hace sobre la segunda salida del hidalgo manchego:
“Así, si aceptamos que el lugar de salida pudiera ser la aldea de “el Cuervo” (hoy Mota del Cuervo), vemos que Cervantes dirige sus personajes por un itinerario muy conocido, que describe perfectamente Juan de Villuga, en su Repertorio de Caminos (1547), que transcurre por Mota del Cuervo, va directo al pueblo de “El Campo” (hoy Campo de Criptana) y Alcázar de San Juan, para tomar la dirección de Puerto Lápice; un lugar muy pasajero puesto que era atravesado de norte a sur por el camino hacia Sevilla. Desde Puerto Lápice tomán el camino recto hasta Sierra Morena para ir a salir a El Viso o a Almodóvar del Campo.
En ese camino se cumple lo que indica Cervantes, respecto a que, al salir tan de mañana, no les herían los rayos del sol, puesto que les daban de soslayo, al marchar en dirección suroeste, por lo que viajaban con menos “pesadumbre”. Es cuando se topan con los 30 o 40 molinos de viento -que solo pueden ser los de Campo de Criptana, ya que en ningún otro lugar ha habido tantos-. De ahí arriban a Puerto Lápice y se adentran en Sierra Morena, con intención de salir a Almodóvar del Campo”
Cervantes hace partir a don Quijote, en las dos primeras salidas de su pueblo, por el mismo camino y dirección, el mismo camino y dirección que llevaban los mercaderes, de Toledo a Murcia, de Oeste a Este. Como vemos José Manuel González no tiene en cuenta esto y hace salir a don Quijote en dirección opuesta, pero además en esta segunda salida por otro camino distinto al anterior descrito, por “un itinerario muy conocido, que describe perfectamente Juan de Villuga, en su Repertorio de Caminos (1547), que transcurre por Mota del Cuervo, va directo al pueblo de “El Campo” (hoy Campo de Criptana) y Alcázar de San Juan, para tomar la dirección de Puerto Lápice;…”.
En rojo el camino marcado por él mismo para llegar a su venta imaginada, solo por él. Y en azul vemos el camino que ahora nos propone para la segunda salida de don Quijote, que coincide con el camino marcado por Juan de Villuga, de Cuenca a Alcazar, como él mismo indica, entre Mota del Cuervo, Campo de Criptana y Alcázar de San Juan.
Además de estas contradicciones, expuestas por él mismo, tampoco las distancias recorridas por cualquiera de estos dos caminos coincide son lo narrado por Cervantes.
Don Quijote, después de convencer a Sancho para que se haga su escudero, deciden salir de su pueblo a media noche, aprovechando que todos sus vecinos dormían y así no ser vistos. En la época que esto ocurre, en el mes de Agosto, en la Mancha era costumbre salir a las puertas de las casas a “tomar el fresco”, y así aliviarse del calor del inicio de la noche. Tenemos a don Quijote y Sancho saliendo de su pueblo, a escondidas, en mitad de la noche y al amanecer se encuentran a los pies de los cerros de Campo de Criptana, descubriendo sus molinos contra los que combatirá don Quijote creyendo que eran gigantes. En esas noches cortas de verano, se puede estimar como mucho, para así tener el mayor margen de tolerancia en las medidas, que nuestros vecinos caminaron media jornada, cuatro horas de nuestro Rocinante, que a su paso obtenemos una distancia de 12 kilómetros.
La distancia que separa Mota del Cuervo, por el camino más corto y en línea recta, es de 24 kilómetros, justo el doble de lo estimado en llegar a los pies de los molinos por Cervantes. Nuevamente las distancias recorridas por don Quijote, en los caminos propuestos por José Manuel González no coinciden, por mucho, con lo escrito en el Quijote.
Termina los argumentos de esta parte de la segunda salida de don Quijote así:
“También vemos, con bastante coherencia, que en este camino, se encuentren con yangüeses, con el Vizcaíno, con los mercaderes toledanos, puesto que atraviesan el camino el Camino de la Seda o de los Pimenteros de Toledo a Murcia…”
Realmente en este nuevo camino planteado ahora (camino en azul), no se encuentra con los yangüeses, esto ocurre mucho más adelante en la obra, no es posible que se encuentre con los mercaderes toledanos si volviese por él a Mota del Cuervo (en contra de lo escrito por Cervantes), pero tampoco es posible que se encuentre en ese camino llegando a Puerto Lápice con “el Vizcaíno”, camino marcado en verde en el plano anterior.
Después de ser derrotado por uno de los molinos de Campo de Criptana, don Quijote decide seguir camino hacia Puerto Lápice. Pasan todo el día caminando, la noche entre unos árboles, y al día siguiente “tornaron a su comenzado camino del puerto Lápice, y a obra de las tres del día le descubrieron”. Pero no habían llegado aún a Puerto Lápice, cuando se encuentran de frente, con una comitiva compuesta por unos frailes de la orden de San Benito y un coche de caballos con una señora vizcaína que en compañía de sus sirvientes iban todos a Sevilla. Por lo tanto esta comitiva marchaba del Norte al Sur de España y para encontrase don Quijote con ellos de frente, esto solo podía ocurrir a unos kilómetros al Sur de Puerto Lápice, y nunca en el camino de Campo de Criptana-Alcázar de San Juan-Herencia-Puerto Lápice, que sugiere. Por lo tanto no se cumple, de nuevo, nada de lo expuesto por José Manuel González.
Tercera salida de don Quijote, desde Mota del Cuervo, según José Manuel González.
Así comienza la justificación de su hipótesis:
“En esta nueva salida tomamos en consideración que Cervantes hace discurrir a sus personajes, primero por el camino de El Toboso, para obtener la bendición de su Dulcinea; y luego rumbo a Barcelona. Lógicamente les hace ir por los caminos de la época, como los de Juan de Villuga, que podemos ver reproducidos en los siguientes mapas, en versión satelital.
Curiosamente vemos que para esta tercera salida, nuestros protagonistas toman el mismo camino que en las dos salidas anteriores, solo que esta vez, en dirección opuesta a las que siguieron. Ahora se dirigen a Barcelona, tomando el mismo camino que Juan de Villuga en su Repertorio de Caminos de 1546, señalado con el número 120; pero como decimos, en dirección opuesta a Campo de Criptana”
Según Cervantes, don Quijote y Sancho Panza, salen esta vez de su pueblo, no por el camino anterior, de Toledo a Murcia, sino “que desde agora en el camino del Toboso comienzan…”. Salen al anochecer y después de que se volviese a su pueblo Sansón Carrasco, que los había acompañado una media legua, siguieron ya solos hasta que“la noche se nos va entrando a más andar, y con mas escuridad, de la que habíamos menester, para alcanzar a ver con el día al Toboso…”. Nos cuenta el narrador que nada les pasó aquella noche ni en el día siguiente, llegando al anochecer a El Toboso. Don Quijote y Sancho, buenos conocedores de ese camino esperaban tardar en llegar una noche, si esta no hubiese sido tan oscura, por lo que debieron parar y pasar la noche, siendo al día siguiente, ya de día cuando completaron su camino.
Como siempre al paso de Rocinante, una jornada de ese mes, Abril, tendría unas ocho a diez horas de camino, entre 24 a 30 kilómetros de separación entre el lugar de don Quijote y El Toboso.
Como vemos en este plano, la distancia que separa Mota del Cuervo con El Toboso, es de unos 11 kilómetros en línea recta. El camino que separa ambos lugares es muy recto por lo que la distancia que los separa son unos 12 kilómetros, unas dos leguas de camino de le época. Tampoco coincide esta distancia, tan conocida por el propio don Quijote, entre el lugar de Dulcinea y el lugar propuesto en Lo que Cervantes calló, Mota del Cuervo.
Y el resto de esta tercera salida propuesta por este autor no es comprensible, pues Cervantes hace ir a don Quijote y a Sancho hacia la cueva de Montesinos desde El Toboso, para después dirigirse desde allí hacia Zaragoza, aunque sin llegar a ella continúan a Barcelona. Y José Manuel González, los dirige directamente hacia Barcelona desde Mota del Cuervo, por el camino de Cuenca a Alcázar, del Reportorio de Villuga. Desde luego que en la edición príncipe, y en otras muchas posteriores, esto no ocurre así. No conozco en qué edición ha leído esto así José Manuel González, pero debe ser en una muy resumida.
Estamos delante de un trabajo, Lo que Cervantes calló, en el que José Manuel González se obstina, él y no la geografía ni el Quijote como reitera una y otra vez, en identificar a Mota del Cuervo como el lugar de don Quijote, cuando no puede serlo, según lo escrito por Cervantes en el Quijote.
Mota del Cuervo es un lugar de la Mancha, de la patria de don Quijote, que se encuentra en el entorno definido literalmente por Cervantes: entre Tembleque, El Toboso, Quintanar y Puerto Lápice, y por donde el camino de Toledo a Murcia lo cruza de Oeste a Este. Y es, desde que se publicó en Mi vecino Alonso (2010), el lugar donde en su término municipal se encontraba una venta en la que fue armado caballero don Quijote, y así ya es considerada desde entonces en el mapa cervantino, corroborando esto, cuatro años después en 2014, con el hallazgo de los restos de la venta junto al camino de Toledo a Murcia, por la arqueóloga Isabel Sánchez y el historiador Javier Escudero.
Una gran parte de Lo que Cervantes calló es una crítica a otros lugares que tienen sus propias hipótesis como lugar de don Quijote. Sin entrar en valoración personal de lo que pienso sobre que esto se haga en una obra en la que se pretende fundamentar una hipótesis propia, voy a aclarar brevemente algunas dudas que José Manuel González tiene sobre la hipótesis de que Alcázar de San Juan es el lugar de don Quijote, tal y como yo mantengo en Mi vecino Alonso (2010) y en La venta cervantina de Sierra Morena y el Lugar de don Quijote (2012).
Así explica, una de sus dudas sobre mi hipótesis:
“No obstante, hay varias objeciones a la teoría de que Alcázar fuera el lugar de la Mancha del que Cervantes no quiso acordarse. La principal es que no explica convenientemente la segunda salida del Quijote de su lugar cuando, por la noche, se dirigen a Puerto Lápice y antes se topan con los molinos de Campo de Criptana…
Si como este autor alcazareño asegura, don Quijote sale desde Alcázar de San Juan, en dirección a Puerto Lápice, para encontrarse primero con los molinos de Campo de Criptana, este trazado resulta algo incongruente desde una perspectiva topográfica, ya que ambos lugares (Puerto Lápice y Campo de Criptana), se encuentran en direcciones opuestas saliendo desde Alcázar, …
Según esta teoría, el hidalgo y su escudero primero van a Campo de Criptana, luego vuelven sobre su propio camino pasando de nuevo por Alcázar de San Juan, para a continuación dirigirse a Puerto Lápice”
Bueno, igual que no se qué edición del Quijote se ha leído José Manuel González, no se donde ha leído en mis trabajos que “como este autor alcazareño asegura, don Quijote sale desde Alcázar de San Juan, en dirección a Puerto Lápice, para encontrarse primero con los molinos de Campo de Criptana,… Entiendo que es una forma de predisponer a sus lectores contra una hipótesis, a favor de la suya, pero me parece no muy ético faltar a la verdad, tergiversando lo que en Mi vecino Alonso está escrito.
Igual que Cervantes, que en ningún momento dirige a don Quijote saliendo de su pueblo hacia Puerto Lápice, esto solo ocurre cuando don Quijote es derribado por las aspas de uno de los molinos de Campo de Criptana, yo, como fiel lector de su obra, tampoco puedo dirigirlo hacia allí en mi hipótesis.
En la segunda salida de su casa, don Quijote sale por el mismo camino y dirección que la primera, esto es así en cualquiera de las ediciones completas impresas del Quijote, hasta ahora. Y en la primera salida, según todos mis trabajos, mi famoso vecino Alonso sale de Alcázar de San Juan para llegar después de una larga jornada a la venta de Manjavacas (Mota del Cuervo).
Sale las dos primeras veces de su pueblo, Alcázar de San Juan, un lugar que no está en el antiguo Campo de Montiel, y tiene que “acertar”, en su elección, para al muy poco de salir estar ya en él, tal y como nos lo narra Cervantes. Los límites de Alcázar de San Juan con Campo de Criptana, ya en el antiguo Campo de Montiel, se encuentran a una media legua de camino, a una hora de camino de Rocinante. Y lo hace por el camino de Toledo a Murcia, el mismo que cuando regresa a casa en su primera salida se encuentra de frente con los mercaderes de toledanos que iban a Murcia. Por lo tanto, las dos salidas de don Quijote las hace saliendo de Alcázar de San Juan hacia el Este por el antiguo camino de Toledo a Murcia, siendo falsa la observación a mi trabajo que hace José Manuel González en Lo que Cervantes calló.
Como todos sabemos, o eso creía yo, don Quijote nunca llega a Puerto Lápice.Desde los pies del molino de viento de Campo de Criptana se dirigen a Puerto Lápice y lo “descubren” al día siguiente, sobre las tres de la tarde, y siguiendo en sus pláticas se encuentran de frente con los frailes de San Benito y el coche con una señora vizcaína que iban a Sevilla.
En este plano se muestra el camino que llevan don Quijote y Sancho Panza desde su lugar, Alcázar de San Juan, en su segunda salida. Solo hay que leer el Quijote para entender por donde van mis vecinos. Cervantes, que conoce perfectamente estos lugares y caminos, no puede hacer pasar nuevamente a don Quijote y Sancho Panza por su pueblo, cuando ya de día estarían sus familias alborotadas en su busca, siendo este el camino más corto y lógico, si Alcázar de San Juan no fuese el lugar de don Quijote: Cerros de Campo de Criptana, Alcázar de San Juan, Herencia y llegar a Puerto Lápice. Pero de esta manera no habría descrito Cervantes el encuentro con los vizcaínos como lo hizo. Una prueba más de que “Alcázar es el Lugar de don Quijote”.
Parece que “este trazado algo incongruente” para José Manuel González es ahora una evidencia, solo leyendo e intentando seguir los caminos y escenarios descritos por Cervantes.
Pero todo esto que he expuesto es una pequeña parte de otro trabajo que pronto se publicará con más detalle. Y con planos realizados por mi “a mano alzada” que tanto también le preocupan a José Manuel González. Es mi forma de entender mis trabajos e intentar que sean lo más claros posibles. No son bocetos sin precisión, son planos técnicos fieles en escala. Desde luego que no lo recomiendo hacer a personas que no tengan los suficientes conocimientos en topografía y ejecución de planos.
También se extraña de que en mi trabajo Mi vecino Alonso no aparezca Mota del Cuervo en una parte de él:
“Por ejemplo, en la página 160 de su obra, describe detalladamente los lugares tan cercanos a El Toboso y se le olvida de citar a Mota del Cuervo…”
No confunda a sus lectores. Claro que no nombro a Mota del Cuervo como lugares cercanos a El Toboso. Igual que no nombro a La Puebla, Quintanar, Miguel Esteban o Pedro Muñoz. En mi trabajo, tengo en cuenta tardanzas en los desplazamientos de don Quijote, y conociendo la velocidad del paso de Rocinante obtenemos fácilmente sus distancias, de otra manera no sería posible interpretar geográficamente el Quijote. Y le guste a José Manuel González o no, don Quijote estima en llegar desde su pueblo al de Dulcinea, El Toboso, una jornada, de noche o de día, unos 25 a 30 kilómetros. Para obtener el mayor número de pueblos “cercanos” a El Toboso, candidatos a poder ser el lugar de don Quijote, amplio la muestra estableciendo una zona entre 15 a 35 kilómetros de El Toboso. Pero la geografía es “obstinada” y Mota del Cuervo está a unos 12 kilómetros. Este es el motivo por lo que no nombro a Mota del Cuervo en mi trabajo, en esta parte de mi trabajo. Después toma un lugar de mucha importancia al determinar que es allí, en su término municipal, donde en una venta que había en Manjavacas llega don Quijote en su primera jornada de aventuras y es nombrado caballero.
Otro de sus comentarios a mi trabajo es este:
“Además saliendo por la noche desde Alcázar hacia Campo de Criptana, al amanecer les debía dar de frente el molesto sol saliente (van en dirección levante) y no el sol de soslayo menos molesto que asegura Cervantes que les daba a nuestros protagonistas”
También se puede leer en Mi vecino Alonso, páginas 166-167, que desde Alcázar de San Juan, para ir a Campo de Criptana también había, y hay, un camino que iba a los molinos de viento y a la misma villa. Este camino se bifurcaba del camino de Toledo a Murcia saliendo de Alcázar de San Juan como a media legua, hacia el noreste accediendo más fácilmente a sus molinos de viento. Al amanecer, al darles el sol tan bajo y no de frente totalmente, no les molestaban como en su primera salida a don Quijote, que salió de su casa de día. Todo esto ocurría en verano.
Y para terminar mis respuestas a lo indicado en Lo que Cervantes calló sobre mi hipótesis, muy poco rebatida en estos cinco años y tenida en cuenta por cervantistas de nivel mundial, no puede ser sino sobre esta consideración de José Manuel González:
“Otra objeción a la candidatura de Alcázar de San Juan es que en tiempos de Cervantes, esta población no pertenecía a la Mancha, sino a la Orden de San Juan …
Por esa razón, de haber querido ser más preciso, Cervantes hubiera titulado a su obra como Don Quijote de San Juan…”
Creo que leyendo el Quijote, queda evidenciado el grave error que tiene este autor sobre la Mancha que Cervantes describe y que ya traté anteriormente. Supongo que al leer nuevamente el Quijote, reconozca ese error o que lo discuta con Cervantes sobre que era la Mancha o no para el genial escritor español, cuando pone a la cueva de Montesinos en el“corazón” de la Mancha. Yo desde luego me quedo con lo escrito por don Miguel, con sus errores o contradicciones, pero es el autor.
¡¡Que Alcázar de San Juan no era Mancha en tiempos de Cervates!! Por desgracia algunas relaciones de pueblos enviadas al El Escorial en 1575 se perdieron en sus archivos, una de ellas fue la de Alcázar de San Juan. Pero se conservan algunas de lugares alrededor de Alcázar de San Juan, algunos también pertenecientes al priorazgo de San Juan, en las que sus vecinos se consideraban manchegos, y que transcribo parcialmente:
-Argamasilla de Alba: ”… dijeron que en el reino en que comúnmente se cuenta este pueblo es en el de Toledo en la bailía de Alcázar, que por otra parte en donde este pueblo está asentado se llama la Mancha”

-Campo de Criptana: “Está en la Mancha arrimada a la sierra de Criptana…
-Camuñas: “Cae en el reino de Toledo, la Mancha que dicen”
-Herencia: “… responden que esta villa está en el reino de Toledo y está en el priorazgo de San Juan de Castilla y es hospital de todas, y el señor de ella es don Fernando de Toledo, visorey que es al presente de Cataluña, y está en la Mancha”.
-El Toboso: “Está en el reino de Toledo en la Mancha en la provincia de Castilla”
-Tomelloso: “… dijeron que está en el reino de Castilla donde dicen la Mancha”
Y deje el título de la obra tal y como lo engendró Cervantes, no confunda con sus comentarios a quienes se acercan a ella a leerla. ¡Don Quijote es de la Mancha!