En los comentarios que recibo en este blog, el pasado 4 de Mayo, Antonio, escribe:
“Al final de la Primera Parte del “Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha”, Miguel de Cervantes hace referencia un antiguo médico que tenía en su poder una caja de plomo que halló en los cimientos derribados de una antigua ermita que se renovaba; en la cual caja se habían hallado unos pergaminos escritos con letras góticas, pero en versos castellanos, que contenían muchas hazañas y daban noticia de la hermosura de Dulcinea del Toboso, de la figura de Rocinante, de la fidelidad de Sancho Panza y de la sepultura del mismo don Quijote, con diferentes epitafios y elogios de su vida y costumbres; pues bueno las primeras que se podían leer eran estas:
“Los Académicos de la Argamasilla, lugar de la Mancha en vida y muerte del valeroso don Quijote de la Mancha”.
Según se puede deducir, y aunque al final de la segunda parte hable de que “Este fin tuvo el ingenioso hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero”, se puede deducir que el autor de los pergaminos hallados en la caja de plomo no es Cide Hamete ya que están escritos en castellano y no en árabe como escribió Cide Hamete, con lo cual Argamasilla es el lugar de la Mancha, pero ¿cual de las dos Argamasillas que hay en la Mancha, Argamasilla de Calatrava o Argamasilla de Alba?, según mi opinión es ARGAMASILLA DE ALBA EL LUGAR DE LA MANCHA, por su cercanía a los tres puntos que visitó don Quijote, con certeza, o sea, El Toboso, Puerto Lapice y Ruidera”
He considerado conveniente contestar a Antonio en la página principal, porque es un tema muy interesante y amplio que merece la pena tratar aquí.
Que Cervantes estuvo en Argamasilla de Alba, no cabe duda. No hay documentos que justifiquen los motivos y la prisión del autor del Quijote en la cueva de la conocida Casa de Medrano. Tampoco existe hoy la tan tratada y comentada carta de Cervantes a su tíoBetsabé Saavedra, de Alcázar de San Juan, para que fuese a Argamasilla a pagar su fianza y salir de la cárcel. Todo es una tradición que ha pasado de padres a hijos, pero que al ser tan antigua como la fe de bautismo que se conserva en la iglesia de Santa María la Mayor de Alcázar de San Juan de un niño llamado Miguel, cuyo padre se llamaba Blas de Cervantes Saavedra y su madre Catalina López, es más que creíble, aunque no existan actualmente los documentos mencionados anteriormente acerca del motivo y el mismo hecho de su prisión. Tradición argamasillera de la prisión del autor del Quijote en una de sus cuevas, que el propio Cervantes incluso parece querer dejar inmortalizada al comienzo del Prólogo de la Primera Parte del Quijote:
“Y así, ¿qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?
Ante otra tradición de que fuese en la cárcel de Sevilla dónde bien pudo engendrar el Quijote, parece poco creíble que en la sevillana, una de las cárceles españolas más masificadas y repletas de condenados, de toda calaña y condición, hubiese un sitio donde escribir o pensar en escribir, cuando Cervantes nos describe casi el silencio sepulcral del lugar “donde todo triste ruido hace su habitación”. Más parece esta descripción de cárcel la de un lugar pequeño, donde hasta habría días que estuviese vacía u ocupada por una sola persona.
Argamasilla de Alba, y más precisamente los argamasilleros, siempre se han identificado con la figura de Cervantes y su estancia entre sus calles y su cárcel, no dejando que esta herencia desapareciese, al contrario, la han ido acrecentando con el paso del tiempo gracias a la labor de los vecinos y sus gobernantes, que siempre han creído y transmitido esta tradición, además de defender que Argamasilla de Alba es el lugar de don Quijote, basándose en tres hipótesis:
1ª. Que conservan un cuadro exvoto, fechado en 1601, en la iglesia de San Juan Bautista en la que una de las figuras allí representadas es don Rodrigo de Pacheco, posible trasunto de don Quijote. Esta persona, que tuvo que conocer Cervantes, está enterrada a los pies de este mismo cuadro.
2ª. Que son nombrados especialmente en el capítulo último de la Primera Parte delQuijote, “Los Académicos de la Argamasilla, lugar de la Mancha en vida y muerte del valeroso don Quijote de la Mancha”.
3ª. En el Quijote apócrifo escrito por Alonso Fernández de Avellaneda, pseudónimo de su autor, está así dedicado: “AL ALCALDE, REGIDORES Y HIDALGOS DE LA NOBLE VILLA DEL ARGAMESILLA DE LA MANCHA, PATRIA FELIZ DEL HIDALGO CABALLERO DON QUIJOTE, LUSTRE DE LOS PROFESORES DE LA CABALLERÍA ANDANTESCA”.
Sobre la primera de las hipótesis, el cuadro exvoto, donado por la curación de don Rodrigo de Pacheco, tiene en su parte inferior una inscripción que dice:
“Apareció Nuestra Señora a este caballero estando malo de una enfermedad gravísima desamparado de los médicos vísperas de San mateo año MDCI encomendándose a esta Señora y prometiéndole una lámpara de plata llamándola día y noche de un gran dolor que tenía en el celebro de una gran frialdad que se le cuajó dentro”
Que Cervantes pudo conocer a este hombre en Argamasilla de Alba y fijarse en él, y su comportamiento, para el personaje de don Quijote entra dentro de lo posible. Pero hay que tener en cuenta que documentos de personas faltos de juicio, o con comportamientos fuera de lo normal, coetáneos a Cervantes, en los archivos de muchos pueblos de la Mancha también los hay, por lo que este hecho no es una singularidad o exclusividad de Argamasilla de Alba.
Para comentar la segunda hipótesis, leamos el último capítulo de la Primera Parte delQuijote, donde Cervantes nombra a Argamasilla y sus Académicos. Resumiendo dice que el “autor desta historia” sabe que don Quijote hizo una tercera salida de su pueblo hacia Zaragoza, pero no tiene más datos concretos de esta. Solo conoce algo de su muerte por los pergaminos encontrados por un médico en una caja de plomo que estaban en los cimientos de una antigua ermita que se estaba reconstruyendo, en los que “contenían muchas de sus hazañas y daban noticia de la hermosura de Dulcinea del Toboso, de la figura de Rocinante, de la fidelidad de Sancho Panza y de la sepultura del mesmo don Quijote, con diferentes epitafios y elogios de su vida y costumbres… Las palabras primeras que estaban escritas en el pergamino que se halló en la caja de plomo eran éstas: Los Académicos de la Argamasilla, lugar de la Mancha en vida y muerte del valeroso don Quijote de la Mancha, hoc scripserunt”.
Antes de pasar a hablar de estos argamasilleros, los Académicos, hay un dato por el que podemos, nuevamente, asegurar que Cervantes conocía perfectamente esta parte de la Mancha y especialmente Argamasilla cuando la describe como “lugar de la Mancha envida y muerte del valeroso don Quijote de la Mancha”, y es que, el lugar de Argamasilla, existía como tal lugar, poco antes de nacer Alonso Quijana, don Quijote. El lugar de Argamasilla de Alba se funda después de dos reasentamientos de sus vecinos, que originalmente estaban en el lugar de Moraleja, por causa de enfermedades debidas a los humedales cercanos.
En 1575 la villa de Argamasilla de Alba contesta en las Relaciones Topográficas:
“que este pueblo al presente se llama la villa de Argamasilla de Alba, y decirse Argamasilla por sobrenombre es porque el sitio donde está fundada antes que se fundase se decía Argamasilla; y decirse la villa de Argamasilla de Alba es porque se fundó siendo prior de San Juan don Diego de Toledo, antecesor de don Antonio de Toledo, que de presente es,… dijeron que la dicha villa es repoblación nueva de cuarenta y cuatro años a esta parte, un año más o menos…”
Según estos datos, la actual Argamasilla de Alba se fundó en 1531, año en el que es nombrado don Diego de Toledo prior de esta parte de la Orden de San Juan (Aguirre, 1769). Si Cervantes describía en 1605 que “frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años…”, tenemos que aproximadamente Alonso Quijana nacería, hombre real o de ficción, a mitad del siglo XVI, pocos años después de haberse fundado como lugar Argamasilla de Alba. Por este motivo histórico tiene más sentido la frase de “lugar de la Mancha en vida y muerte del valeroso don Quijote de la Mancha”, la singularidad de Argamasilla como lugar nuevo, como también así se le conoció en vida de Cervantes: Lugar Nuevo.
En su estancia, o estancias, en Argamasilla de Alba tuvo que haber tratado a estos señores sabios, que en todos los pueblos de la Mancha había, y hay, a los que llamó Académicos de la Argamasilla. ¡Cuántas tardes pasaría escuchando la docta sapiencia de estos vecinos de Argamasilla para identificarlos con el apodo de Académicos! Característicamente, en esta parte de la Mancha, siempre se ha utilizado un sobrenombre para las personas conocido como apodo o mote. Este sobrenombre era fijado por el resto de vecinos hacia una persona por su aspecto físico, costumbres, profesión, por una anécdota puntual, etc, y era de tal precisión y calado que se llegaba a transmitir incluso a generaciones posteriores de la familia. Mucho se ha hablado de los sobrenombres o apodos propios de los Académicos de la Argamasilla: Monicongo, Paniaguado, Caprichoso, Burlador, Cachidiablo y Tiquitoc;y casi siempre desde la ignorancia que se tiene de esta parte de la Mancha, elucubrando o fantaseando sobre uno u otro de estos personajes y el propio Cervantes. Simplemente son los apodos con los que eran conocidos en Argamasilla de Alba estos vecinos cuando Cervantes los trató. Algunos autores ven en los epitafios dedicados “a la sepultura” o “en la sepultura de don Quijote” como otra prueba de que Alonso murió y fue enterrado en el lugar de estos Académicos: Argamasilla de Alba. Y podrían llevar razón con esta hipótesis si Tiquitoc no hubiese dedicado otro epitafio, el último, “en la sepultura de Dulcinea del Toboso”, que, aunque no está escrito en ninguna parte, es más probable que estuviese enterrada, en realidad o en ficción, en El Toboso.
Sobre la tercera hipótesis, que Argamasilla de Alba es el lugar del “HIDALGO CABALLERO DON QUIJOTE” protagonista del conocido como Quijote de Avellaneda no tiene discusión alguna. Pero esto no fundamenta, en absoluto, decir que lo sea también del Quijote de Cervantes, son dos obras distintas de autores distintos. Avellaneda sí puso bien claro de donde era su protagonista, de Argamasilla de la Mancha, pero Cervantes lo ocultó intencionadamente en su frase inicial de la obra: “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”. Y este es uno de los motivos por lo que Argamasilla de Alba no puede ser el lugar de don Quijote y Sancho Panza, los personajes de Cervantes: Argamasilla está nombrado literalmente al final de la Primera Parte. Si Cervantes oculta intencionadamente su nombre, el lugar de don Quijote podrá ser cualquiera de los lugares de la Mancha, pero ninguno de los lugares nombrados explícitamente en su Quijote: El Toboso, la venta de Puerto Lápice, Tembleque, Quintanar, Almodóvar, Ciudad Real, Titerafuera, Miguelturra, Ossa o Argamasilla.
Teniendo en cuenta que el Quijote es una obra de ficción, pero quedando evidenciado que Cervantes conocía especialmente esta parte de la Mancha como para, sencillamente, aprovechar su geografía real en la trama de las aventuras de don Quijote, como nueva técnica narrativa, no se pueden olvidar las descripciones geográficas, de tiempos, distancias, escenarios o circunstancias escritas precisamente por el autor, en una obra de caminos, como es el Quijote.
Ahora, teniendo en cuenta la situación geográfica de Argamasilla de Alba en el mapa de la Mancha, analizaremos algunas de las premisas escritas por Cervantes en la obra.
1ª. Cumple con una de las premisas geográficas fundamentales, estar en la Mancha y fuera del Campo de Montiel, distrito o parte de la Mancha, pero estar tan cerca que al poco de salir de su pueblo se encontrarse ya caminando por él. En la segunda salida don Quijote tiene que “acertar” en salir por el mismo camino y dirección que en la primera salida para volver a estar nuevamente en el Campo de Montiel:
“Iba Sancho Panza sobre su jumento como un patriarca, con sus alforjas y su bota, y con mucho deseo de verse ya gobernador de la ínsula que su amo le había prometido. Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje, que fue por el Campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque, por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no les fatigaban” (I P, Cap 7)
Como he repetido en muchas ocasiones, especialmente falseando las hipótesis de Villanueva de los Infantes, propuesta por el famoso “equipo multidisciplinar” del señor Parra Luna, y la de Mota del Cuervo, propuesta por el señor González Mujeriego, el lugar de don Quijote no puede estar en el Campo de Montiel, como vienen manteniendo estos autores, sencillamente porque así lo describe el autor. Si Cervantes hubiese situado el lugar de don Quijote dentro del Campo de Montiel no habría hecho “acertar” a don Quijote en tomar la decisión por el camino a llevar para estar en él, sencillamente porque estaría siempre en él, saliese por el camino que saliese.
Y esto, de que el lugar de don Quijote no está dentro del Campo de Montiel, queda nuevamente verificado en el inicio de la tercera salida, en la que saliendo de su pueblo ya no llevan ese mismo camino, sino el “camino del Toboso”, no entrando en el Campo de Montiel como en las dos primeras:
” … persuádeles que se les olviden las pasadas caballerías del Ingenioso Hidalgo, y pongan los ojos en las que están por venir, que desde agora en el camino del Toboso comienzan, como las otras comenzaron en los campos de Montiel…” (II P, Cap 8)
Argamasilla de Alba es de la Mancha, de la Orden de San Juan, y no pertenece al distrito manchego del Campo de Montiel, Orden de Santiago, tal y como define Cervantes, pero está su término colindando con el antiguo Campo de Montiel, como para que acertando en un camino y dirección poder entrar en él.
2ª. Autores y defensores de Argamasilla de Alba, como lugar de inicio y final de las aventuras de don Quijote, definen la venta de Puerto Lápice como aquella a la que se dirigió en su primera salida y donde fue armado caballero por su ventero. Independientemente de la distancia recorrida, de unas seis leguas y media, que podrían estar andadas en una larga jornada de Rocinante, tal y como así la describe Cervantes, no es posible que a su regreso a casa, por el mismo camino, se encontrase de frente con los mercaderes toledanos que se dirigían a Murcia, ni este es camino de Toledo a Murcia, al menos el convencional de la época:
“Y habiendo andado como dos millas, descubrió don Quijote un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia…, y puesto en la mitad del camino, estuvo esperando que aquellos caballeros andantes llegasen, que ya él por tales los tenía y juzgaba…” (I P, Cap. 4)
En la Relaciones Topográficas, Argamasilla contesta ser pasajera, pero no precisamente de Toledo a Murcia, que es otro camino bien definido en estas Relaciones Topográficas y en el Reportorio de todos los caminos de España de Pedro J. Villuga (1546):
“… se dice que esta villa es pueblo pasajero y que está en el camino real que va de Valencia y Murcia y Almansa y Yecla, y de toda la tierra de lo reducido al partido y orden de Calatrava y Ciudad Real y a Extremadura y Andalucía y Granada, se pasa para Madrid y Alcalá y su derecera”
No obstante he contemplado en el plano anterior la posibilidad de que los mercaderes con origen en Toledo, desde Madridejos, decidieran continuar viaje por Villarta de San Juan y Argamasilla de Alba hacia el Levante, aunque este no fuese el camino común en aquella época. Es evidente que el encuentro de frente con los mercaderes como describe Cervantes no se produce en este camino.
3ª. Don Quijote, en la segunda salida de su pueblo, sale en mitad de la noche para evitar ser visto, ya acompañado de Sancho, y en las primeras horas de la mañana“descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo…”. El lugar manchego que en aquel tiempo tenía tantos molinos de viento como para enmarcar en él esta aventura es Campo de Criptana.
“Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje…” Si toman el mismo camino y dirección que la primera salida, y en esta segunda salida es evidente que se dirigen hacia Campo de Criptana, en la primera salida no pudo dirigirse don Quijote hacia Puerto Lápice.
Como vemos en el plano no corresponde lo escrito por Cervantes con la realidad de los caminos: “Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje…”. Son dos caminos diferentes el que lleva a Puerto Lápice y el que va a Campo de Criptana..
Pero sigamos el camino que tuvieron que llevar desde Argamasilla a Campo de Criptana, hasta encontrase con sus molinos. Volviendo a las contestaciones de Argamasilla de Alba en las Relaciones Topográficas nos indican precisamente ese camino:
“… el primer pueblo que hay caminando desde esta villa a la parte del norte y cierzo es la villa del Campo de Criptana, y que hay hasta ella cinco leguas comunes y por camino derecho…”
Esas cinco leguas comunes corresponde a unos treinta kilómetros en línea recta, tal y como casi es el mismo camino. A la velocidad de paso de Rocinante, media legua a la hora, habrían tardado en llegar a ver los molinos de Campo de Criptana unas diez horas, una jornada. Saliendo en mitad la noche de su pueblo y encontrándose con los molinos de viento en las primeras horas de la mañana, según lo escrito por Cervantes, tampoco coincide con la distancia que separa Argamasilla de Alba con los famosos molinos de Campo de Criptana.
4ª. Centrémonos ahora en la tercera salida de don Quijote. Esta salida es por un camino distinto a las dos primeras salidas y es hacia El Toboso:
“…desde agora en el camino del Toboso comienzan, como las otras comenzaron en los campos de Montiel…”
Desde Argamasilla de Alba para llegar a El Toboso no es necesario pasar por Campo de Criptana. El comienzo del camino es el mismo y en un punto se separa de él para dirigirse a El Toboso, por el camino llamado por los propios toboseños Camino del Lugar Nuevo, precisamente por ser Argamasilla un lugar nuevo, fundado en 1531, como hemos visto antes. Para recorrer la distancia que los separa, unos cuarenta y cinco kilómetros, algo más de siete leguas, don Quijote sobre Rocinante necesitaría unas catorce o quince horas. Lo que se traduce, al menos, a una jornada y media de camino. Leamos ahora esta tercera salida:
“… al anochecer, sin que nadie lo viese sino el bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso…, dio Sansón la vuelta a su lugar, y los dos tomaron la de la gran ciudad del Toboso… Solos quedaron don Quijote y Sancho, y apenas se hubo apartado Sansón, cuando comenzó a relinchar Rocinante y a sospirar el rucio, que de entrambos, caballero y escudero, fue tenido a buena señal y por felicísimo agüero… Díjole don Quijote: Sancho amigo, la noche se nos va entrando a más andar, y con más escuridad de la que habíamos menester para alcanzar a ver con el día al Toboso…” (II P, Cap 7-8)
Una noche de camino para llegar a El Toboso desde su pueblo, era lo que don Quijote y Sancho, que no le contradijo en nada, calculaban que tardarían en llegar. Deben de parar por necesidad de una noche tan oscura que impide a las caballerías andar, y pasan esa noche hablando de Dulcinea, su encantamiento y otras cosas, siendo al final del día siguiente cuando llegan a ver El Toboso. Una jornada de día, lo mismo que pensaban tardar:
“En estas y otras semejantes pláticas se les pasó aquella noche y el día siguiente, sin acontecerles cosa que de contar fuese, de que no poco le pesó a don Quijote. En fin, otro día, al anochecer, descubrieron la gran ciudad del Toboso” (II P, Cap. 8)
Y no hay duda de que paran a pasar la noche, pues cuando Cervantes quiere hacer que se camine por la noche así lo hace, además utilizando casi la misma frase. Como por ejemplo en el regreso de esta tercera y última salida, cuando llegando a su pueblo nos cuenta:
“Aquel día y aquella noche caminaron sin sucederles cosa digna de contarse, si no fue que en ella acabó Sancho su tarea, de que quedó don Quijote contento sobremodo, y esperaba el día, por ver si en el camino topaba ya desencantada a Dulcinea su señora…” (II P, Cap. 62)
La distancia que separa Argamasilla de Alba con El Toboso, unas siete leguas y media, tampoco se ajusta a lo que Cervantes describe en el Quijote que se tardaría, una jornada de camino de Rocinante, o lo que es lo mismo unas cuatro o cinco leguas.
Estas son algunas de mis consideraciones acerca de Argamasilla de Alba y el Quijote, y mis conclusiones son sencillas:
1ª. Cervantes conoce perfectamente Argamasilla de Alba y a sus vecinos, tanto como para dejar inmortalizados a varios de ellos como Los Académicos de la Argamasilla. Que pudo estar encarcelado en la cueva de la Casa de Medrano y engendrase aquí el Quijote, es una tradición tan antigua y tan defendida por los argamasilleros de generación en generación que para mí es totalmente creíble. En esta cárcel de villa pequeña si pudo tener la mínima tranquilidad para engendrar este magnífico cuento de don Quijote, “donde todo triste ruido hace su habitación”
2ª. Argamasilla de Alba es el lugar de don Quijote, pero del protagonista delQuijote de Avellaneda, pero no es el lugar de don Quijote del Quijote de Miguel de Cervantes. Son dos obras distintas de dos autores distintos, con lugares de inicio de aventuras distintos.
Argamasilla de Alba es un lugar manchego contradictorio. Es el lugar de un don Quijote, el creado por Avellaneda, rival de otro don Quijote, el creado por Cervantes, dos autores también rivales en vida. Lugar donde seguro estuvo Cervantes e incluso donde pasó unos días por su cárcel, bien pudo ser en esta cueva, donde comenzó a engendrar las aventuras de don Quijote.
Luis Miguel Román Alhambra
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