Sinergias entusiastas en La Mancha

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Ángel Ortega, gerente de la D.O. La Mancha, tercero por la izquierda y Juanjo Mazuecos, responsable de prensa, tercero por la derecha

La Denominación de Origen La Mancha visita la sede de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan en almuerzo de trabajo para futuros planes de divulgación conjuntos sobre el vino y la figura del Quijote 

Alcázar de San Juan, 26-02-2019.- En una primera toma de contacto, Ángel Ortega Castañeda, Gerente de la Denominación de Origen La Mancha, junto con Juanjo Mazuecos, responsable de prensa de la D.O., visitaron en la tarde del sábado la sede de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan.

Allí pudieron conocer de primera mano sus actividades, en una reunión distendida con los miembros de su junta directiva, con los que se dejaron las puertas abiertas para futuros planes de trabajo y acuerdos de colaboración.

Maridaje de vino y Cervantes 

Desde el primer momento, la complicidad fue mutua estableciendo sinergias de colaboración en pos de la identificación de La Mancha vitivinícola actual con la Mancha literaria, patria y solar de don Quijote y el lugar donde ocurrieron la mayoría de sus aventuras.

La Denominación de Origen coincide con la Sociedad Cervantina en que la comarca natural de La Mancha aún podría sacarle mayor partido a la figura universal del Quijote, gracias a la propaganda impagable y gratuita que nuestro mejor escritor Miguel de Cervantes hizo de ella situándola como patria de sus universales personajes don Quijote y Sancho Panza.

No en vano, la silueta en el logotipo de los vinos de La Mancha está asociada a la inmortal silueta del Caballero de la triste figura, siendo su mejor embajador cultural y promocional en el exterior.

Los representantes  de la D.O. La Mancha valoraron con interés los trabajos recientes de algunos miembros de la Sociedad Cervantina en los que ponen en valor los vinos de nuestra comarca,  porque el propio Miguel de Cervantes, que era un gran entendido en vinos, no sólo los mencionaba sino que los situaba entre los mejores de España en su obra cumbre El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. 

Un primer acercamiento, en definitiva, que sienta las bases para una potencial colaboración futura que tendrá como objetivo fundamental identificar nuestra comarca de La Mancha con don Quijote y con el vino, algo tan obvio para nosotros los manchegos y que sin embargo es necesario trabajar para conseguir la difusión mundial de esta simbiosis.

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

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El ilustrísimo vino de Cervantes

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Ilustración de Estrella Cobo

Miguel de Cervantes Saavedra era un gran entendido en vinos, muestra de ello son las numerosas citas que de esta bebida encontramos en sus obras, además de varias de ellas en el Quijote, también habla del vino en El Coloquio de los Perros, cuando decía «ahora salta por el licor de Esquivias famoso a la par del de Ciudad Real, San Martín y Ribadavia».

En el Licenciado Vidriera, habla de los vinos de Esquivias y de Ciudad Real (que no sólo correspondían a los de la capital manchega, sino a numerosos pueblos que no tenían nombre propio de producción de excelencia, como ocurre hoy por ejemplo con la Denominación de Origen La Mancha), a los que incluye dentro de un amplio catálogo de vinos españoles e italianos del momento.

En el prólogo de la obra Persiles y Sigismunda, donde Cervantes menciona lo que en principio podría parecer una sátira burlona -de las que acostumbraban a utilizar numerosos autores del Siglo de Oro- refiriéndose a la localidad de Esquivias, citando que esa población era conocida por sus  «ilustres linajes e ilustrísimos vinos», pero no se quedaba muy lejos de la realidad ya que el vino de Esquivias estaba reservado para la casa real y la nobleza española.

Existe una prueba documental que acredita que uno de los nobles que disfrutaba del vino de Esquivias fue el VII Duque de Medina Sidonia, que a la postre sería el que obtuvo la confianza de Felipe II para comandar la Grande y Felicísima Armada, que pretendió invadir Inglaterra.

Cervantes, durante algunos momentos de su vida, ejerció una actividad mediante la cual  gestionaba cuantiosas sumas de dinero. Uno de los cervantistas más reconocidos en la actualidad, José Manuel Lucía Megías, catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid y actual Presidente de la Red de Ciudades Cervantinas, sostiene que pudo ser una especie de agente de negocios, actuando en representación de otra persona.

Luis Astrana Marín, prestigioso cervantista, en su extensa obra Vida Ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra, tomo IV, capítulo XLV, citaba: «Vuelto Cervantes de Toledo a Esquivias, no hay noticia suya hasta el 25 de octubre de 1586, en que es padrino de bautismo, con su esposa, de un hijo de Simón Hernández sin duda amigo suyo, se dedicaba al negocio de vinos» (así se deduce de una carta de pago, inédita que Simón Hernández, vecino de Esquivias, recibe en Valladolid de Juan Mondragón, tabernero, 824 reales en pago de 103 arrobas de vino blanco, documento de la Real Chancillería de Valladolid).

La presencia física de Cervantes en la Comarca del Quijote (El Toboso, Campo de Criptana, Tembleque, Puerto Lápice, Quintanar de la Orden y poblaciones limítrofes) no está acreditada documentalmente.

El Toboso es el lugar que más veces aparece citado en el Quijote (concretamente 165 y formando parte del nombre de su inspiradora dama, Dulcinea del Toboso, otras 130 más). Teniendo en cuenta que este lugar en la época de Cervantes era famoso por su relación con el mundo del vino, concretamente por la fabricación de sus características tinajas, no parece descabellado que pudiera haberlo visitado Cervantes en algún viaje con su amigo Simón Hernández al objeto de adquirir alguna tinaja y por ello haber conocido de primerísima mano  la localidad.

¿No podía ser esa la actividad comercial a la que se dedicó Cervantes actuando en representación de su amigo el mayorista de vinos, Simón Hernández?

Es esta una línea de investigación que podría llevar al hallazgo de documentos que pudieran existir, como por ejemplo contratos de ventas de tinajas  fabricadas en El Toboso, dentro del los fondos del Archivo Histórico Provincial de Toledo (Protocolos Notariales El Toboso), quizás de  contratos de ventas de vino en el Archivo General de la Fundación Casa Medina Sidonia de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en los que pudiera aparecer Miguel de Cervantes, bien como representante o bien como testigo de alguna operación comercial.  ¿Es esta una línea de investigación a desdeñar?

 

Alonso M. Cobo

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

 

En un lugar del Canal de La Mancha

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Lector, este artículo no trata del desgraciado tema de actualidad relativo al dramático accidente de la avioneta en la que viajaban el jugador de fútbol de nacionalidad argentina Emiliano Sala y su piloto David Ibbotson, aunque un hecho histórico que tuvo lugar en 1588 ocurrió en el mismo lugar y posiblemente (además de por otras diversas) por las mismas causas: inclemencias climatológicas.

Como es conocido por todos, la obra magna de Miguel de Cervantes comienza de esta manera: «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…», Cervantes citaba un lugar de la Mancha Geográfica, unos lugares que no aceptan discusión alguna ya que en la obra se citan expresamente lugares pertenecientes a esa comarca, conocida en algunos ámbitos como «la comarca del Quijote», poblaciones  como Puerto Lápice, El Toboso, Tembleque o Quintanar de la Orden.

Desde este artículo se pretende plantear la hipotética posibilidad, de que Cervantes con la expresión «de cuyo nombre no quiero acordarme»,  quizás no se refiriese al lugar de la Mancha, sino que «Mancha» hubiera podido recordarle algún suceso del que tuviese un mal recuerdo,  un  hecho histórico ocurrido en 1588 en el Canal de La Mancha, dado que Cervantes acusó mucho el fracaso de   «la Grande y Felicísima Armada» de Felipe II, la mal llamada por parte de algunos ingleses Armada Invencible, suceso que forma parte de la Leyenda Negra de ese monarca.

Este fracaso principalmente tuvo lugar a causa de climatología adversa producida durante en transcurso de la conocida como «La pequeña edad de hielo»  que durante los siglos XIV a XIX produjo variaciones climáticas consistentes en la reducción de temperaturas y cambios de tiempo muy volátiles. Concretamente en el asunto que nos ocupa consistió en una fortísima y  gélida tormenta de verano con  una bajada súbita de las temperaturas que hizo que la flota española tuviera que soltar amarras en las proximidades de Calais (Francia),  y por ello tener que rodear las costas de Escocia e Irlanda, donde muchos barcos naufragaron en sus rocosas costas, regresando solamente 74 barcos de los 130 que zarparon de Lisboa, con un gasto en la empresa de unos 10 millones de ducados y lo que es peor con la muerte de unos 21.000 hombres.

Este hecho histórico de la invasión de Inglaterra fue una autentica debacle en la época,  fue calificada como la mayor pérdida que ha padecido España en más de 600 años. Una empresa, la de Inglaterra, que Felipe II  sintió como si Dios le hubiese hecho una encomienda personal y se tomó la conquista  como una misión que Dios le había encomendado para que con su intervención los ingleses volvieran a la fe católica, por lo que estimando la ayuda de Dios no se podía fracasar en ella. Una muestra más de ese espíritu es que a la partida de la Armada del puerto de Lisboa, en su estandarte figuraba la leyenda “Defensor Fidei”.

Especialmente Miguel de Cervantes lo debió acusar mucho, muestra de ello es que intrínsecamente y extrínsecamente mediante dos sonetos satiriza al VII Duque de Medina Sidonia, Alonso Pérez de Guzmán, siendo cuanto menos cuestionable su responsabilidad. Él fue el que comandó la llamada «empresa de Inglaterra» y el que cuando en 1596 la ciudad de Cádiz fue saqueada por una armada inglesa dirigida por el II Conde de Essex durante 24 días, el Duque de Medina Sidonia pudo acudir finalmente en su ayuda cuando ya no quedaba ningún inglés, motivo por el que fue acusado de incapaz y de cobarde.

Fue satirizado por Miguel de Cervantes Saavedra en dos sonetos, en los que se apunta al VII Duque de Medina-Sidonia. Es el primero un canto extemporáneo a la conquista de una isla (denominada la Terceira) por el Marqués de Santa Cruz, con clara referencia al fracaso de la mal llamada «Armada Invencible», pues recalca que de no haber muerto el marqués, la reina Isabel de Inglaterra y la herejía hubieran sido erradicadas. En el segundo soneto, dedicado al saqueo de Cádiz, ocurrido en 1596, ridiculiza a las milicias de Sevilla y al capitán Becerra por no llegar a tiempo, corriendo igual suerte Alonso Pérez de Guzmán. Este episodio fue percibido en España como una vergüenza nacional y una irreparable humillación originando una ola de pesimismo y tristeza.

La expresión «Mancha» referente al Canal del mismo nombre viene de una mala traducción del francés al español, viene del término «manche»  que significa en ese idioma manga. Lo que conocemos hoy como Canal de La Mancha, los franceses lo  llaman el Canal de la Manche (Canal de la Manga) y  Manche derivó en Mancha ¿Cabe la posibilidad que a Cervantes le recordara este nombre el episodio de la fracasada invasión y del que él no quisiera acordarse?  Un hecho de tan infausto recuerdo para un Cervantes soldado que se sentía tan orgulloso de su participación en Lepanto y español de pro… Quizás, sólo quizás.

 

Alonso M. Cobo

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

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