CERVANTES Y EL QUIJOTE EN LOS ESCENARIOS DE VERANO

np0Dentro de la programación de los Escenarios de Verano que el Patronato Municipal de Cultura de Alcázar de San Juan ha llevado a cabo durante estos dos meses de Julio y Agosto en nuestra ciudad, ayer tuvo lugar el último de ellos organizado por el Ateneo de Alcázar con el título de  “Noche de la Poesía, Noche de Cervantes”.

En el ya tradicional Círculo de los Cipreses del parque Alces, la noche de ayer se dedicó a la figura y obra de Cervantes, como antesala de las celebraciones que durante los dos años próximos tendremos como aniversario de la publicación de la segunda parte del Quijote y la de su propia muerte.

Interpretaciones leídas de capítulos del Quijote y poesías de Cervantes fueron puestas sobre el escenario por los miembros del Ateneo. Y también estuvo el propio Cervantes, caracterizado por Mariano Lizcano, quien nos recitó el primer capítulo de su Romancero Quijano, inspirado en el propio Quijote.

Mariano Lizcano, caracterizado de Cervantes
Mariano Lizcano, caracterizado de Cervantes

Como invitado a esta “Noche de la Poesía, Noche de Cervantes” estuvo Luis Miguel Román, presidente de la Sociedad Cervantina del Lugar de don Quijote. En su participación  trató sobre la actualidad de esta obra, dentro de una sociedad que en muchos casos poco o nada difiere a la que Cervantes quiso criticar en el Quijote, y denunció la pasividad de las autoridades educativas españolas por olvidarse del Quijote como lectura en los programas educativos actuales, en contra de la política de otros muchos países que la mantienen desde hace muchos años, como obra de referencia en la educación de su población.

Luis M. Román Alambra durante su intervención en el acto cultural
Luis M. Román Alambra durante su intervención en el acto cultural


Una biografía poco ortodoxa de Cervantes, ya que comenzó por su muerte y terminó por su más que incierto lugar y fecha de nacimiento, fue la parte final de su intervención. Una biografía con los pocos datos reales o contrastados que de Cervantes hay, en la que su relación con esta parte de la Mancha, y especialmente con Alcázar de San Juan, tuvo que ser muy importante para describir su geografía, caminos, lugares y personajes manchegos en su obra universal, el Quijote.

 

                                Junta Directiva de la Sociedad Cervantina del Lugar de don Quijote

El lugar elegido por Francisco Parra Luna (3)

En los dos artículos anteriores hemos evidenciado como el lugar de don Quijote no puede ser el lugar elegido por el señor Parra Luna, Villanueva de los Infantes, porque el lugar del hidalgo manchego no se encuentra en Campo de Montiel, pero si tener su término local limítrofe a él, y además tiene que ser un lugar manchego, sentirse un lugar manchego, y como manifestaban los vecinos de Villanueva de los Infantes, en la época de Cervantes, no pertenecían a la Mancha, la patria de don Quijote.

Pero,  para conseguir que el resultado de su estudio “científico” diese el resultado que querían solo es necesario cambiar los elementos que componen la operación. Para esto dirigen la atención de sus lectores, desde el principio,  hacia una zona determinada de la Mancha geográfica, con afirmaciones como:

  “… ya que resulta innegable que don Quijote salió las tres veces de su pueblo (el que fuera), y que éste, como repite Cervantes en cinco ocasiones, estaba dentro del Campo de Montiel. Y en las tres ocasiones que regresa a su pueblo, lo vuelve a situar en el centro del Campo de Montiel” (El enigma resuelto del Quijote).

Hemos evidenciado, “Quijote en mano”, que Cervantes no escribe ni “repite en cinco ocasiones que el lugar de don Quijote estaba dentro del Campo de Montiel”, al menos en las ediciones que yo he leído, y que esto solo es una invención de estos señores, o, lo que ya he dicho en otras ocasiones, una manipulación interesada del texto.

Y para comenzar su trabajo enuncian once hipótesis y veinticuatro  variables, algunas como veremos aceptables por todos los lectores de la obra de Cervantes, y otras totalmente rechazables, ya que han sido elaboradas a medida de sus pretensiones. Y a esto nos dedicaremos en este artículo y en los venideros.

Hipótesis Primera.

En esta hipótesis determina el equipo del señor Parra Luna que el lugar de don Quijote tiene que ser una villa y no una aldea, como otros investigadores y cervantistas defienden:

         “… Por si fuera poco, resulta que en el pueblo de don Quijote y Sancho existía lo que se llamaba «picota», o columna de piedra situada en las afueras de los pueblos para exhibir a los ajusticiados, y cuya existencia era privilegio de las «villas» pero no de las aldeas” (El lugar de la Mancha es… – El Quijote como un sistema de distancias/tiempos)

Con esta hipótesis no podemos sino estar completamente de acuerdo. Cervantes usa indistintamente la palabra aldea, pueblo y lugar para definir el “lugar” de don Quijote. Y lo mismo con El Toboso, que siendo una villa la define desde “aldea” hasta“gran ciudad del Toboso”.

Y como bien precisan, el lugar de don Quijote tenía “picota”, por lo que solo podía ser una villa, nunca una aldea. Y así lo dejaba escrito Cervantes en la carta que la mujer de Sancho envía a este siendo gobernador de Barataria:

“… la fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas, …”. (II P, Cap LII)

Detalle de la primera edición del Quijote de 1605

 

Hipótesis Segunda.

Esta hipótesis de trabajo establece el punto en el que don Quijote y Sancho ven Puerto Lápice, al día siguiente, después de la batalla con los molinos de viento:

No se sabe exactamente a qué distancia de Puerto Lápice llegan don Quijote y Sancho después de la aventura de los molinos de viento. Solo se sabe que a obra de las tres de la tarde le descubrieron (Cap, VIII, pág. 98), pero no se concreta más. Aquí se va a entender como hipótesis de trabajo núm. 2 que llegaron hasta las mismas puertas de Puerto Lápice. Al tiempo que se formulará también una segunda versión que situará el «descubrimiento» de Puerto Lápice  a mitad de distancia entre Villarta de San Juan y Puerto Lápice, o a unos 3,5 kms. de este pueblo.” (El lugar de la Mancha es … – El Quijote como un sistema de distancias/tiempos)

Totalmente de acuerdo con esta apreciación. Don Quijote quiere ir a Puerto Lápice, después de la aventura con los molinos de viento, pero no llega a este lugar, sino que solo lo divisa. Aunque no lo explican aquí, luego lo hacen, el porqué de situar el punto desde donde “descubren” Puerto Lápice al sur de este lugar, sencillamente es porque estando en este punto se encuentran de frente con la comitiva que llevaban unos frailes de la orden de San Benito y un coche con una “señora vizcaína, que iba a Sevilla”.  Esta comitiva se desplazaba desde el norte de España, Vizcaya, hacia el sur donde se encuentra Sevilla, por lo tanto en ese momento don Quijote y Sancho cabalgaban de sur a norte camino a Puerto Lápice. La distancia de “unos 3,5 kms. de este pueblo”, media legua aproximadamente, bien puede ser válida en esta llanura manchega para ver a lo lejos un pequeño núcleo de casas entre las encinas.

Hipótesis Tercera.

En esta hipótesis se decide la metodología a seguir, y también a detallar como contradicciones de Cervantes algunos datos de la obra que no les interesa tener en cuenta.

“El Quijote no está exento de numerosas contradicciones sobre tiempos, lugares, nombres, etc. Ello obliga a tomar una decisión metodológica previa sobre la validez de los asertos y frases en la obra. La regla a seguir que proponemos es la siguiente: 1) Prevalecerá lo concreto sobre lo abstracto o lo cuantitativo sobre lo cualitativo; por ejemplo, cuando se diga que un sitio está «cerca» o «lejos», pero también se concrete el tiempo de tardanza en llegar o las leguas que dista, prevalecerán las cifras concretas sobre los adverbios o adjetivos correspondientes, y 2) Prevalecerá lo último citado en el texto sobre lo anterior, y así, si una se dice que la mujer de Sancho se llama Juana y posteriormente Teresa, prevalecerá este último nombre” (El lugar de la Mancha es … – El Quijote como un sistema de distancias/tiempos).

La primera regla de trabajo es lógica y aceptable, pero sobre la segunda no podemos aceptarla pues el dato determinante puede estar al principio o al final de la obra. No se entiende en un estudio,  especialmente geográfico, que se ponga como ejemplo para aceptar o no esta regla el nombre de la mujer de Sancho, como modelo de contradicción de Cervantes.

Y en el párrafo siguiente de esta hipótesis, tenemos otra de las manipulaciones del texto de la obra y como, ellos mismos no siguen con sus “principios” o “reglas” de trabajo propuestas:

“Se producen así contradicciones, como situar el «lugar de la Mancha» muy cerca de El Toboso al tiempo que don Quijote y Sancho tardan en llegar desde su pueblo dos días y una noche (Cap. VIII, 2P, pág. 694), que quizás cabría resolverlas (hipótesis segunda) tomando como válidas las posiciones finales en el tiempo novelístico que marca Cervantes, es decir, situar definitivamente El Toboso a esa distancia de dos jornadas y media desde su «lugar». (El lugar de la Mancha es … – El Quijote como un sistema de distancias/tiempos)

Evidentemente el lugar elegido por el señor Parra Luna está muy lejos de El Toboso. Unos 90 km en línea recta. Por lo que tratan de hacer creer a los lectores de su trabajo, no a los lectores del Quijote, que en el propio texto cervantino aparece “dos días y una noche”.

El Toboso, referencia geográfica cervantina para cualquier trabajo sobre el Quijote, excepto para estos señores, se define así en las Relaciones de Felipe II, en 1575:

“Esta en el reino de Toledo en la Mancha en la provincia de Castilla”

Lugar de hondo sentimiento manchego, fue sin duda alguna conocido por Cervantes, así como sus caminos y lugares cercanos, y desde el momento de la publicación de la primera parte del Quijote, en 1605, también en todo el mundo por ser el lugar de Dulcinea. Cervantes, igual que los vecinos de El Toboso contestaban al rey Felipe II, hace decir a don Quijote:

“… sólo sé decir (respondiendo a lo que con tanto comedimiento se me pide) que su nombre es Dulcinea, su patria el Toboso un lugar de la Mancha” (I P, Cap XIII).

Cervantes nos esconde el nombre del lugar de don Quijote, pero nos deja el nombre del lugar de Dulcinea para relacionarlo geográficamente con él.

Preparadas sus viejas y oxidadas armas familiares, puesto nombre a su caballo y buscado otro para él, solo le quedaba poner nombre caballeresco a la de su dama, Aldonza Lorenzo, vecina de un lugar cerca del suyo, El Toboso.

           “… y fue a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo, había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado ( aunque según se entiende, ella jamás lo supo, ni le dio cata dello). Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos: y buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase, y se encaminase al de Princesa, y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso.” (I P,Cap I).

Detalle del folio 4 de la primera parte de El Quijote (1605)

 

Y en una conversación mantenida con caminantes y cabreros, cuándo ya todos sabían de la falta de juicio de don Quijote, Cervantes quiere relacionar geográficamente ambos lugares, pero esta vez, quizás con más intención, con un tan cerca:

“Sólo Sancho Panza pensaba que cuanto su amo decía era verdad, sabiendo él quién era, y habiéndole conocido desde su nacimiento. Y en lo que dudaba algo, era en creer aquello de la linda Dulcinea del Toboso, porque nunca tal nombre, ni tal Princesa, había llegado jamás a su noticia, aunque vivía tan cerca del Toboso”. (I P, Cap XIII).

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Detalles de los folios 50 vuelta y 51 de la primera parte de El Quijote (1605)

 

Es fácil entender que en aquella época, donde las distancias se medían por leguas o días de camino, las relaciones entre personas estuvieran muy limitadas a los lugares vecinos de su alrededor. Sabemos de Sancho que va a segar a Tembleque o que Sansón Carrasco compra unos perros en Quintanar, lugares que debían estar también cerca de su pueblo.

Sancho conoce bien El Toboso, tanto que también conoce a la familia de Dulcinea, de agricultores como él:

 “Ta, ta ,dijo Sancho, qué la hija de Lorenzo Corchuelo, es la señora Dulcinea del Toboso, llamada por otro nombre, Aldonza Lorenzo?

Ésa es, dijo don Quijote, y es la que merece ser señora de todo el Universo.

Bien la conozco, dijo Sancho,…” (I P, Cap XXV).

No obstante para evitar discusiones sobre que es “cerca” o “tan cerca”, del El Toboso, solo tenemos que leer un pasaje del Quijote. Cervantes, esta vez, nos determina el tiempo que se tarda en llegar desde el lugar de don Quijote al de Dulcinea.

Repuestos, don Quijote y Sancho, de su segunda salida, en la que llegaron hasta Sierra Morena, salen de nuevo de su pueblo con intención de ir a Zaragoza, aconsejados por el bachiller Sansón Carrasco, pasando por El Toboso.

En resolución en aquellos tres días don Quijote, y Sancho se acomodaron, de lo que les pareció convenirles, y habiendo aplacado Sancho a su mujer, y don Quijote a su sobrina, y a su ama, al anochecer, sin que nadie lo viese, sino el Bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso. Don Quijote sobre su buen Rocinante, y Sancho sobre su antiguo rucio, proveídas las alforjas de cosas tocantes a la bucólica, y la bolsa de dineros, que le dio don Quijote, para lo que se ofreciese. Abrazóle Sansón, y suplicóle le avisase de su buena, o mala suerte, para alegrarse con ésta, o entristecerse con aquella, como las leyes de su amistad pedían, prometióselo don Quijote; dio Sansón la vuelta a su lugar, y los dos tomaron la de la gran ciudad del Toboso.” (II P, Cap VII)

Siguieron desde ese punto, caballero y escudero, los dos solos camino de El Toboso, cuando después de algunos relinchos y rebuznos de sus caballerías, quizás asustados por la oscuridad de la recién comenzada noche, don Quijote le dice a Sancho:

Sancho amigo, la noche se nos va entrando a más andar, y con más escuridad, de la que habíamos menester, para alcanzar a ver con el día al Toboso, adonde tengo determinado de ir, antes que en otra aventura me ponga, … (II P, CapVIII).

Detalle del folio 26 vuelta de la segunda parte de El Quijote (1615)

 

Esta es la distancia que separa ambos lugares vecinos “tan cercanos”, una noche de camino, al paso del flaco y débil Rocinante.

Tenemos el tiempo que estimaban en llegar, ocho o diez horas, y la velocidad del paso de Rocinante, una media legua a la hora,  la mitad de un caballo normal, obtenemos fácilmente la distancia que los separa, entre cuatro a cinco leguas, unos veinticinco a treinta kilómetros.

Una distancia entre pueblos que a todos los lectores del Quijote, menos a unos pocos, nos parece normal para que sus vecinos se conociesen en aquella época por arraigos familiares, trabajos o faenas en la agricultura o ganadería, comercio, etc.

¿Se paran por miedo de sus cabalgaduras a la noche tan oscura?. Es muy posible que esto pasase, ya que el narrador de la obra nos describe:

 “En estas, y otras semejantes pláticas se les pasó aquella noche, y el día siguiente, sin acontecerles cosa, que de contar, fuese, de que no poco le pesó a don Quijote: en fin, otro día al anochecer  descubrieron la gran ciudad del Toboso, con cuya vista se le alegraron los espíritus a don Quijote, y se le entristecieron a Sancho, porque no sabía la casa de Dulcinea” (II P, Cap VIII). 

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Detalles de los folios 29 vuelta y 30 de la segunda parte de El Quijote (1615)

El narrador nos describe, desde ese punto de la obra, cómo no les pasa nada que contar durante la noche y el día siguiente, sino que pasaron el tiempo hablando, y como llegan al anochecer del día siguiente, solo una jornada de Rocinante. No recorren la distancia que separa ambos lugares, de cuatro a cinco leguas, por la noche, sino que lo hacen durante el día siguiente, llegando  al anochecer.

En abril, mes donde se produce este pasaje de la obra, las noches y los días tienen aproximadamente la misma duración.

Todo hasta aquí parece claro, hasta la forma de narrar el pasaje desde el punto donde don Quijote observa la oscuridad de la recién comenzada noche como impedimento para llegar a El Toboso al amanecer:

“…en fin, otro día al anochecer  descubrieron la gran ciudad del Toboso”

Pero desde el lugar elegido por el señor Parra Luna, Villanueva de los Infantes, hay casi 90 kilómetros en línea recta, mucha más distancia que esos veinticinco  a treinta kilómetros estimados por don Quijote.

Entonces, ¿Cómo soluciona esto el equipo multidisciplinar “dirigido” por el señor Parra Luna?.

Primero, se “olvidan”, como siempre hacen cuando algo no les encaja con su objetivo, del conocimiento que del camino a El Toboso, sus distancias y tiempos  tienen don Quijote y Sancho (Cervantes):

Sancho amigo, la noche se nos va entrando a más andar, y con más escuridad, de la que habíamos menester, para alcanzar a ver con el día al Toboso, …”

Y segundo, manipulan interesadamente el texto siguiente, contado por el narrador en un punto de la recién comenzada noche de camino, para adecuarlo a sus fines, haciendo cabalgar a don Quijote y Sancho esa noche, todo el día siguiente y otro día mas, en totaltres jornadas de camino completas, cuando don Quijote y Sancho estimaban hacerloen una sola noche, si esta hubiese tenido algo de luna.

“En estas, y otras semejantes pláticas se les pasó aquella noche, y el día siguiente, sin acontecerles cosa, que de contar, fuese, de que no poco le pesó a don Quijote: en fin, otro día al anochecer  descubrieron la gran ciudad del Toboso, con cuya vista se le alegraron los espíritus a don Quijote, y se le entristecieron a Sancho, porque no sabía la casa de Dulcinea” (II P, Cap VIII)

Cervantes, en la figura del narrador, nos dice que a don Quijote y a Sancho no les pasó nada durante esa noche y el día siguiente que mereciese la pena contar, solo hablando de sus cosas, y que es al final del día siguiente a esa noche en la que se encontraban cuando ven El Toboso. Y es una narración perfecta. Primero nos dice que salen al anochecer de su pueblo, después que una vez que Sansón Carrasco se vuelve al pueblo la noche se les echa encima y don Quijote estima que no les será posible llegar al amanecer a El Toboso. Y es lógico que se parasen a pasar la noche entre las encinas, pasándola hablando entre los dos, muy a pesar seguro de Sancho, y al hacerse de día volviesen a ponerse en camino, llegando en las horas que tenían previsto, las mismas que si hubiesen podido cabalgar de noche. Y esto es lo yo he entendido las veces que he leído el Quijote. Nunca he apreciado, porque no la hay, contradicción en el texto de Cervantes. 

            Estando tan cerca de él”. Los que hemos tenido el privilegio de nacer, conocer o vivir “tan cerca” de El Toboso,  como Sancho Panza, sabemos que es casi imposible que en aquella época, existiesen relaciones cercanas entre vecinos de lugares separados 90 kilómetros como para conocerse entre las familias de simples agricultores.

“1) Prevalecerá lo concreto sobre lo abstracto o lo cuantitativo sobre lo cualitativo; por ejemplo, cuando se diga que un sitio está «cerca» o «lejos», pero también se concrete el tiempo de tardanza en llegar o las leguas que dista, prevalecerán las cifras concretas sobre los adverbios o adjetivos correspondientes,… (El lugar de la Mancha es … – El Quijote como un sistema de distancias/tiempos).

Bien, pues para estos señores decir don Quijote: Sancho amigo, la noche se nos va entrando a más andar, y con más escuridad, de la que habíamos menester, para alcanzar a ver con el día al Toboso” no es una “cifra o dato concreto”.

Este equipo trata de convencernos de su ética en su trabajo publicado, estableciendo esta sencilla y clara regla, para unas líneas más abajo contradecirla ellos mismos retorciendo el texto de la obra para acomodarlo al resultado de su pretensión.

Pero no paran aquí. Continúan intentando que lo que se lee en el Quijote, se amolde a sus pretensiones:

“Otra de las contradicciones más notables se produce con motivo de la segunda salida de don Quijote, ya que resulta prácticamente imposible que se cumplan las dos siguientes condiciones descritas por Cervantes: a) que se salga de un pueblo del Campo de Montiel en dirección a Puerto Lápice, y que al poco de salir se encuentren con treinta o cuarenta molinos de viento (para lo cual es necesario desviarse hacia el norte -Campo de Criptana- de manera importante; y b) encontrarse de frente (yendo desde Campo de Criptana hacia Puerto Lápice) con la comitiva del Vizcaíno que viajaba hacia Sevilla, o de norte a sur.” (El lugar de la Mancha es … – El Quijote como un sistema de distancias/tiempos).

Ahora, intentar desviar la atención sobre uno de los pasajes más conocidos del Quijote para eliminarlo como referencia determinante en el mapa de la obra, tan solo porque no les conviene en sus intereses. Es lo que tratan de hacer con la batalla de los molinos de viento.  A estos “encantadores que todo lo mudan y todo lo truecan a su antojo”  no les interesa que leamos como don Quijote, acompañado ya de su inseparable Sancho, salen de su pueblo en mitad de la noche para no ser vistos por sus familias y vecinos que seguro habrían intentado impedir su marcha. Con los primeros rayos del sol de aquella mañana, comienza la aventura:

“En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. (Cap VIII, I P)

Molinos de viento de Campo de Criptana al amanecer

Este conjunto de molinos de viento se encontraba, y aún muchos de ellos siguen recortando sus sierras, en Campo de Criptana. Los lugares de la Mancha que disponían molinos de viento en la época de Cervantes son:

Campo de Criptana, Belmonte, Las Mesas, El Pedernoso, Villaescusa de Haro, Mota del Cuervo, El Toboso, Chinchilla y posiblemente se llegara a construir uno en Almagro.

Esto contestaban los vecinos de Campo de Criptana en 1575 a las Relaciones de Felipe II:

“… hay en esta sierra de Criptana, junto a la villa, muchos molinos de viento donde también muelen los vecinos de esta villa”

Sin lugar a dudas para muchos investigadores cervantistas e incluso para este equipo del señor Parra Luna, y como demuestro en Mi vecino Alonso, el lugar donde Cervantes enmarca la batalla contra los molinos de viento es Campo de Criptana. Pero como estos molinos están a unos 80 km de Villanueva de los Infantes, estos señores consideran imposible, como lo es, que llegara don Quijote y Sancho en dos o tres horas a ellos y simplemente es “mejor” considerarlo como una contradicción de Cervantes y no tener en cuenta este dato determinante. Increíble que esto pase en un trabajo que se intenta “vender” como científico, pero esta es la forma de trabajo real de este equipo.

Y  lo que no se entiende ahora, es que ellos mismos determinan en su segunda hipótesis que el lugar desde donde divisan Puerto Lápice se encuentra al sur de este y ahora en esta tercera hipótesis definan como contradicción esto mismo. Pero lo hacen aquí, para justificar el no tener en cuenta a Campo de Criptana en su trabajo, porque les incomoda su resultado:b) encontrarse de frente (yendo desde Campo de Criptana hacia Puerto Lápice) con la comitiva del Vizcaíno que viajaba hacia Sevilla, o de norte a sur.”

Don Quijote, una vez vencido por uno de los molinos de Campo de Criptana, toma la decisión de dirigirse hacia Puerto Lápice, divisándolo al día siguiente sobre al mediodía. Las distancias recorridas y el tiempo utilizado se corresponden con precisión, con las cabalgaduras de don Quijote y Sancho. Y como aceptamos en su segunda hipótesis, este punto de encuentro con la comitiva del Vizcaino, su señora y los frailes de San Benito, debió de producirse unos kilómetros al sur de Puerto Lápice. Solo estos señores ven ahora una contradicción en lo escrito por Cervantes, y solo les interesa eliminar de su estudio a Campo de Criptana y su distancia evidente y determinante con Villanueva de los Infantes.

Aunque la aritmética ha evolucionado desde el tiempo de Cervantes, todavía “2 + 2 = 4”. Si quiero usar este medio de la ciencia como es la suma, pero el resultado que busco es 5, solo tengo que cambiar uno de los sumandos. He usado un método “científico”, sin duda, pero los sumandos los he “elegido” para el resultado que necesito.

Simplemente este es el método que han seguido. Métodos científicos, correctos en su metodología, pero los datos usados o incógnitas empleadas en ellos están claramente manipulados para que den el resultado esperado: “El lugar elegido por el señor Parra Luna”

Esta tercera hipótesis es sencillamente inaceptable. No en el planteamiento de una de sus reglas, sino en el tratamiento que en ella han dado a datos determinantes que Cervantes escribe, tergiversándolos a su propio antojo e interés.   

 

                                         Presidente de la Sociedad Cervantina del Lugar de don Quijote