Este fue el título de la conferencia impartida dentro del ciclo de actividades de la Unión Musical Quintanareña (UMQ) en la XII Semana Músico Cultural del año 2021, una comunicación concebida a raíz del libro que soy autor “Los molinos de El Toboso, ¡realidad o ficción! Prólogo o visión de la mayor aventura quijotesca” publicado en el año 2020 pero que fue presentado por motivos de la pandemia a lo largo del año 2021.
Esta charla versó del influjo de los molinos tanto los de viento como los de agua en la música analizada desde dos vertientes:
- La que se deriva por la actividad misma por la que se crea el molino, por la vida real del mismo, la etnografía como fue la molienda, las personas que lo realizan: el molinero, la molinera; los elementos constructivos del molino que magistralmente unidos como la rueda catalina, las piedras de moler…, todo se canaliza a través del folclore popular, de la música antigua, clásica, el pop, tecno
- Y la otra influencia de los molinos en la música es la que queda intrínsicamente vinculada con la universal obra Don Quijote de la Mancha (DQ) que ha generado desde el siglo XVIII hasta nuestros días una ingente cantidad de obras musicales donde el molino tiene una presencia sublímeme en todos los géneros desde la ópera, ballet, zarzuela, sinfónica, vocal, cámara, el jazz, la tecno, y la conjunción con el teatro, la televisión y el cine.
Desde la óptica de la música tradicional incide todo el mundo de la molienda; esta fue imprescindible en la vida del hombre y la mujer con los primeros asentamientos en poblado; moler el grano va ligado con el desarrollo de la vida humana y también para el sustento de los animales domésticos. Existen bastantes vestigios de las primeras piedras de golpear el grano de los cereales para convertir en harina y ser sustento de los primeros pobladores.
Posteriormente ligado al incremente de la población se crea el molino y conlleva el nacimiento de los oficios del molinero y la molinera; su estrecha convivencia con el pueblo y sus actos como el precio de la molienda, la maquila, las dudas del peso y la imagen pícara, sensual de los protagonistas produce un sentimiento popular que genera la creación de canciones, poemas y música entorno a este maravilloso mundo molinar.
Estos dos personajes inspiran con fuerza todo un mundo creativo dentro de la Literatura, Poesía y la Música tradicional; las canciones populares se encuentran en todo el folclore de las regiones españolas; la música puso las notas rítmicas construyendo el rico y variado cancionero español como las canciones “La Sinda”, “La molinera”, “El Molino”, …
La Sinda canción popular de Castilla, entona la relación del molinero con las jóvenes, la figura del pícaro molinero, una de las estrofas: “Mi madre no quiere que al molino vaya, porque cuando bajo me rompo la saya…”. El movimiento rítmico de la rueda catalina, el sonido de la fricción de piedras de moler, el golpeo de la tarabilla, se expresan y se recogen con el característico “tac-tic, tac-tic, tac”.
Una de nuestras obras más internacionales, versada en la novela homónima de Pedro Antonio de Alarcón es el ballet musical El Sombrero de Tres Picos compuesta por Manuel de Falla; donde dos piezas dan de sus cuadros, «La danza de la molinera» un hermoso fandango y la danza del molinero – La Farruca–[1] son exponentes del valioso patrimonio español de la composición; el cine ha realizado también varias versiones de esta obra.
La canción del repertorio castellano “La molinera” con letra algo picante ha tenido una amplia difusión con las adaptaciones desde el Nuevo Mester de Juglaría pasando por Luar na Lubre, de reciente actuación en Manchafolk de Quintanar.
Así en la música pop, la de los años 60, el legendario grupo Los Gritos puso en el panorama musical la canción “Los Molinos de la Mancha”[2], que actualmente tendría una total vigencia en la España vacía, un canto denuncia al despoblamiento de nuestros pueblos manchegos a raíz del abandono del campo; en ese año de 1968 Los Gritos compitieron con otra versión de la famosa “La vida sigue igual” la misma que Julio Iglesias en el festival de Benidorm; ganando ambos, pues en los festivales anteriores la misma canción la defendían dos diferentes intérpretes.
La magia de los molinos también va a atraer al Folk metal, subgénero del Heavy metal siendo un gran exponente el grupo El Mägo de Oz y su disco “La leyenda de La Mancha”, con una canción dedicada a los molinos de viento, una canción y música con una fuerza extraordinaria y comprensión del mensaje, pues Sancho recrimina a Don Quijote por su alucinación y este le explica que “él no ve con los ojos, sino con el corazón y la imaginación”.

La supervivencia actual del molino de viento y todo lo que representa en la actualidad, como valor Patrimonial, como atracción dentro del Paisaje en La Mancha se lo debe a la aventura del capítulo octavo de la primera parte de Don Quijote de la Mancha ( DQ (VIII, I) con el título “Del buen suceso que el valeroso Don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación”; este episodio está esculpido en la Literatura Universal como una de las más grandes creaciones de la imaginación, de la fantasía humana con una fuerza vital, poética, psíquica…
Desde el comienzo de la andadura de la novela del Caballero de la Triste figura, tuvo una fuerte atracción para el mundo creativo: literatos, poetas, pintores e ilustradores que desde su visión crítica, imaginativa y creativa quedaron impactados de la belleza, de la frescura de la obra que profundizaba en todos los estadios de la vida; fluyendo un torrente de composiciones en todas las ordenes artísticas conocidas.
La Música como todas las Bellas Artes es también embrujada; el enfrentamiento heroico de Don Quijote con los gigantes es un polo imantado para las compositores tanto nacionales e internacionales, el choque con las aspas de los molinos es ensalzado a un estado sublime.
Del siglo XVIII una composición musical es la conocida “Suite burlesca de Quijote en sol mayor” de Georg Philipp Telemann, que versa sobre varios capítulos entre ellos el enfrentamiento con los molinos de viento.
En la versión musical “El hombre de La Mancha” cuando Don Quijote es derrotado por el molino de viento, echa las culpas no al encantamiento del mago Frestón sino que todavía no había sido armado caballero.
Esta obra universal con un extraordinario éxito desde su estreno en 1965 en Broadway ha sido y sigue siendo representado en un importante número de naciones. También “El Hombre de la Mancha” fue llevada al cine, con el mismo título en la película del año 1972 e interpretada por Peter Otole y Sofía Loren.
En España llegó el musical en el año 1997 de la mano de José Sacristán y Paloma San Basilio, con una magnífica adaptación de calidad, soberbia interpretación y siendo acogido con entusiasmo por el público.
La canción famosa que todos recordamos es la declamación e interpretación de José Sacristán y la elevada canción de Paloma San Basilio “En el sueño imposible” con la emoción de la declaración: “Soñar, lo imposible soñar. Vencer, al invicto rival. Sufrir, el dolor insufrible. Morir, por un noble ideal…” [3]
El mundo cinematográfico también es atrapado desde sus principios por la más grande novela española y unas de las más universales.
El primer documental cinematográfico donde se proyecta la aventura de los molinos de viento asociado con la música es el que lleva por título “La ruta de Don Quijote” del director catalán Ramón Biadiu estrenado en el año 1934; un grandísimo testimonio del patrimonio etnográfico de La Mancha, relacionando la novela quijotesca con el valor del paisaje y el paisanaje.
La aventura de DQ (VIII, I) la representa con diversas tomas del molino de viento, la escena del ataque de Don Quijote hacia ellos con la vigorosa música creada por Juan Gaitg, composición que empieza con el murmullo del sonido del viento, subiendo la tonalidad imitando el aumento de ráfagas del viento silbando, una magnífica estructura música orquestal y al unísono que giran las aspas la armonía es como si fuese rodando, formando círculos musicales después del imaginado embiste del caballero contra las aspas.
En el año 1953 el mismo director realiza una actualización de este documental, una de las acciones incorporadas corresponde al funcionamiento de los mazos de los batanes, aquellos espantosos ruidos que tanto asustaban a Sancho Panza DQ (XX;I), un extraordinario testimonio del movimiento rítmico, con el mismo sonido acompasado repetitivo del golpeo de los mazos del batán, que nos transporta a la famosa escena de la película de Ben Hur de que muevan los remos con mayor velocidad los remeros esclavos a la orden de “boga de combate” comienza el golpeo de las mazos del tambor y ese sonido acompasado se asemeja al golpeo rítmico de los mazos de los batanes
Una de las consideradas mejores adaptaciones españolas y universales es “Don Quijote de la Mancha” del año 1948 de Rafael Gil con interpretación de Rafael Rivelles, Juan Calvo, Fernando Rey y Sara Montiel, entre otros y corresponde la composición musical a Ernesto Halffter; esta obra cinematográfica dentro de la conmemoración del IV Centenario del nacimiento de Cervantes fue grabada en su terreno natural de los espacios quijotescos: El Toboso, Campo de Criptana.

Fotograma película Don Quijote de la Mancha 1948 director Rafael Gil y Ernesto Halffter.
La música que corresponde también es orquestal, la llamada música incidental o música de escena interpretada por la Sinfónica de Madrid, y vuelve a ser cíclica con un preludio en la visualización de los gigantes o molinos, con clarines anunciando el comienzo de una batalla y después una sinfonía constante en el enfrentamiento entre el caballero y el movimiento giratorio de las aspas, siempre con el sonido agudo al romper el viento con las aspas y los lienzos, notas que se repiten con cada uno de los volteos.
De este mismo compositor Cristóbal Halffter creo una ópera, la de “Don Quijote” con un extraordinario éxito con libreto de Andrés Amorós y estrenada en el Teatro Real en el año 2000.
Otra obra cinematográfica con bella composición musical con presencia de los molinos es la serie televisiva de “Don Quijote” del director Manuel Gutiérrez Aragón del año 1992, una ambiciosa propuesta de TVE con el magnífico guion de Camilo José Cela y las brillantes interpretaciones de Fernando Rey y Alfredo Landa, una esplendorosa obra con gran riqueza, una soberbia recreación que supuso un importante acercamiento de la obra literaria al público que significó que se conociera más en profundidad esta joya de la literatura universal.
En esta adaptación serial la música imita el sonido de los vientos al estallar con las aspas del molino, una armoniosa conjunción de notas en función de la velocidad del viento y la distancia de los molinos, siempre acompañado por el melódico ruido del girar del movimiento cadencioso de las aspas, aquí en esta versión Don Quijote se baja de Rocinante y realiza un sosegado paseo entre los gigantes con el fondo del sonido del eje, a imitación de un gemido, se produce un intenso diálogo de Don Quijote nombrando a cada uno de los molinos.
La exquisita composición musical de esta serie correspondió al laureado compositor argentino Lalo Schiffrin.

Fotograma serie “El Quijote de Miguel de Cervantes”, 1992. Director Manuel Gutiérrez Aragón y Música de Lalo Schifrin.
La música alcanza su cenit en este episodio al levantarse Don Quijote ayudado por su fiel escudero a los pies del majestuoso molino y realizarse una interpretación musical luctuosa, que, rasgado por el ocaso de la imagen, resalta las figuras chinescas de los protagonistas que a continuación cabalgan asumidos en la derrota, en la tristeza suena a modo de réquiem.
Este mismo director Gutiérrez Aragón dirigió una película en el año 2002 con el título “El Caballero don Quijote” y la composición musical de José Nieto que corresponde a la DQ II parte de la novela.
Las creaciones musicales cinematográficas son de una plasticidad sublime pues el lenguaje poético que se crea de la combinación de imagen y composición musical para transmitir el envite del hidalgo caballero en su lucha imaginaria con los gigantes y posteriormente la cadencia musical en la derrota son de ternura, de amor, cuando Don Quijote descubre que realmente son molinos.
En las diferentes versiones plasmada en esta muestra seleccionada recogen en cada de las notas musicales, en las composiciones, la ternura, la emoción y el cariño, la ayuda humanitaria del leal escudero al levantar al abatido don quijote.
La música se rinde a la mejor novela del mundo, desde el principio se adentra en la grandiosa y majestuosa obra de Miguel de Cervantes, capta toda fuerza y vigor de las aventuras, la expresión sublime de sus episodios, la belleza de las notas se transforma en la virtuosidad de las composiciones.
La magia cervantina también tiene excelentes composiciones acercándose al molino y sus personajes, como el balPero si hay un género musical donde el molino queda resaltado es la ópera que por cierto vive un momento dulce con una tremenda operación mediática y divulgativa, así como una importante respuesta del público.
Quintanar ha tenido el honor y el privilegio de haber tenido en sus escenario y su música a Tomás Marco, una de las personalidades actuales más importante del arco musical español; ha apoyado el festival internacional de música de Quintanar, en el que se le han realizado homenajes; en diferentes años, obras suyas han sido estrenadas aquí en exclusividad para Castilla La Mancha y que tiene una memorable opera: ”El caballero de la triste figura”-un encargo de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales con ocasión del cuarto centenario del Quijote- fue la quinta ópera de Tomás Marco, y una de las escenas de las siete escenas lleva el título “Molinos de viento”.
Una obra que muchos aquí en nuestra tierra, no la relacionamos con La Mancha es la famosa ópera “Carmen” de Bizet, pues siempre la identificamos con Sevilla.
Viendo una puesta en escena de esta obra del año 2005 correspondiente al festival anual de ópera de Sankt Margarethen[4] cercano a Viena, me sorprendió que el horizonte estuviera dominado por molinos de viento y castillo, como si fuera una población manchega (Belmonte, Consuegra) y así mismo dentro de otras escenas salen los molinos; que no solamente están presentes en la ópera de “Carmen”, sino en otras más.
Pues esta obra basada en el libreto de Prosper Mérimée, hispanista que pasó por Quintanar a Belmonte, acompañando a la condesa Eugenia de Montijo, la propietaria del castillo, luego emperatriz de Francia y rehabilitó el mismo.
Habrá que profundizar en la influencia y presencia de nuestra tierra en la ópera Carmen pues tiene connotaciones musicales como la seguidilla manchega, en un momento la protagonista le dice al oficial que la tiene presa y está enamorado: “…iré a bailar la seguidilla …”
El compositor tuvo referencias de las seguidillas manchegas pues Mérimée escribe en una de sus cartas sobre las mismas; creo que sería para profundizar por los historiadores y musicólogos.
Estas fueron las pinceladas en la comunicación de la duodécima Semana Músico Cultural de la UMQ sobre la majestuosa presencia de la música en la doble vertiente reseñada de la etnográfica desde la óptica de la funcionalidad del molino y la música que ahonda sus raíces en la novela quijotesca.
Marciano Ortega Molina
[1] https://www.youtube.com/watch?v=TnrAPicdOrA
[2] https://www.youtube.com/watch?v=hSfPILwpmo8
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